Discordia por permanencia del programa de ‘restaurantes al aire libre’ en la ciudad de Nueva York
Defensores del plan para 2023 aseguran que las mesas exteriores salvaron 100,000 empleos, pero en audiencia en el Concejo Municipal múltiples voces mostraron preocupaciones y pidieron revisar el proyecto
Fuente eldiariony.com
En medio del peor momento de la pandemia del COVID-19, cuando la mayoría de negocios en la Gran Manzana tuvo que cerrar, el programa ‘Open restaurant‘, que permitió la instalación de mesas al aire libre en aceras, e incluso la construcción de comedores en cabinas artesanales en las vías, fue el salvavidas para miles de restaurantes. Hoy hay un total de 12,129 con mesas afuera en los cinco condados.
Y aunque en su momento el consenso de los neoyorquinos fue apoyar la iniciativa, casi dos años después del inicio de la pandemia, y con el plan inamovible de la Ciudad de seguir manteniendo vivos los espacios exteriores de los restaurantes de manera permanente a partir del 2023, el futuro sobre las mesas de la discordia, dista mucho de ser una melodía con pajaritos de oro.
Así se evidenció este martes, durante una audiencia pública convocada en el Concejo Municipal por el Comité del Consumidor y protección de los trabajadores, junto al de Zonificación y Franquicias, en la cual el Comisionado del Departamento de Transporte dela Ciudad (DOT) Ydanis Rodríguez, y otros representantes de la Administración Adams, fueron cuestionados por más de cinco horas, sobre la manera en que se implementará el plan.
La amplia mayoría de los concejales que participaron en la diligencia manifestaron serias preocupaciones y dudas sobre la permanencia de las mesas exteriores, tal como están ahora, e incluso algunos rechazaron el plan.
Piden de revise el plan
A pesar de que los defensores de la iniciativa de dejar de manera permanente los comedores exteriores destacaron que el programa no solo ha salvado 100,000 empleos y ayudará a que negocios de comida se recuperen de los estragos que dejó la pandemia, el llamado es a que se revise el plan.
Asimismo, pidieron de manera urgente que se escuche verdaderamente a las comunidades, que han levantado quejas, especialmente por los comedores en las vías, por los problemas de tránsito que ello acarrea, la falta de espacios de estacionamiento, desórdenes, ruido, basuras, proliferación de ratas y en general, lo que califican como una reducción a la calidad de vida de muchos vecindarios.
El concejal de Manhattan Erik Bottcher se mostró dudoso de las “maravillas” que puede tener el programa permanente en la ciudad y pidió que se cree una fuerza de trabajo conjunta con la participación de varias agencias de la Ciudad que puedan dar trámite a quejas diarias sobre salubridad, basuras e incluso aumento de ratas.
Entre tanto, la concejal Amanda Farías, quien mostró su apoyó a que se busquen herramientas para ayudar a los pequeños negocios, también dijo que “la gente no quiere esas estructuras (en las calles), la gente quiere usar” sus espacios y pidió al DOT que presente lo más pronto posible una hoja de ruta completa sobre la manera en que se dará la implementación y se tendrán en cuenta las quejas y preocupaciones de las comunidades.
“No podemos ser reactivos sino proactivos. Necesitamos ver planes concretos sobre cómo será la implementación y la capacidad de la agencia. ¿Cuándo veremos un plan completo? y los planes de responsabilidad de los propietarios , dijo la joven concejal.
El concejal Lincoln Restler, de Brooklyn, donde hay 3,000 restaurantes con mesas al aire lbre fue más crítico y no solo destacó que el programa ‘Open Restaurant’ fue diseñado en un momento de emergencia para la Ciudad, sino que puso en duda que sea ahora el DOT el que maneje el plan permanente.
“Cuál es la experiencia relevante que tiene el DOT para hacerse cargo de semejante programa, cuando hay otras agencias de la Ciudad que cada día trabajan en este tipo de temas. El DOT no tiene experiencia en ello, aseguró el líder político.
El concejal Kalman Yeger, uno de los críticos más grandes de la expansión permanente de los comedores al aire libre, se fue lanza en ristre contra la iniciativa y manifestó que seguimos oyendo “que este programa ha sido excelente, pero no puedo estar más en desacuerdo. Ha sido un éxito para la gente que usa las aceras, pero no para la ciudad. No para una madre que tiene 3 hijos y que no puede pasar. Muchas de las cabinas en las vías están cerradas y las están usando de depósito. Por eso voté no a la expansión del programa”.
Yeger agregó: “Urjo a que se repiense el programa y a que antes de que el DOT lo implemente se establezca un proceso público. Es lo sabio. No podemos oír solo a un lado de la ciudad”.
Restaurantes deberán pagar $1,050
Tal y como están las cosas actualmente, la legislación de permanencia de los comedores exteriores entregó la responsabilidad de liderar el plan al DOT, para facilitar el proceso de asignación de licencias y evitar burocracia entre quienes deseen participar del programa.
Cabe advertir que una vez termine el programa temporal de emergencia, que ha permitido que más de los 12,000 restaurantes y cafés con comedores exteriores que hay ahora en la Gran Manzana, consiguieran sus permisos de manera expedita y sin costos extra, todos deberán volver a pedir una licencia, esta vez con reglas diferentes.
“Seremos un programa ejemplo y modelo”
A pesar del palo que recibió el plan y del llamado a que se hagan cambios y se oigan las quejas de los residentes de los vecindarios, el Comisionado de Transporte se mostró dispuesto a seguir escuchando las preocupaciones y tomar medidas para que no queden en el aire, aunque destacó que no habrá “un programa perfecto” que satisfaga a todos. Al mismo tiempo mencionó que servirá para seguir ayudando a pequeños negocios en vecindarios de bajos ingresos y donde viven comunidades latinas y de color.
“Tengo confianza en que podremos mover un buen programa y seguiremos sobre lo que el alcalde Adams dice, ya no estamos en las épocas en que las agencias hacían las cosas separadas. Para esto también estaremos en coordinación con el Departamento de Sanidad, de Salud, el NYPD. Ya verán que seremos un programa ejemplo y modelo para otras ciudades alrededor de la nación”, dijo Rodríguez, advirtiendo que serán muy estrictos en hacer cumplir las reglas de los comedores exteriores que sean aprobados.
“Estamos trabajando para dejarlo permanentemente y convertirnos en la ciudad con mayores restaurantes al aire libre, pero también advierto que habrá regulaciones serias, con requisitos y el compromiso de tener los lugares limpios y seguros”, agregó Ydanis.
Se espera que en la primavera haya mayores detalles sobre los cambios que habrá, pero por ahora los funcionarios de la Administración Municipal adelantaron que en el 2023 no se permitirán ya las estructuras improvisadas que hay en las vías.
“No imaginamos tener cobertizos en el programa permanente. No estamos planeando eso”, aseguró en la audiencia la directora del programa, Julie Schipper. “Lo que habría en la calzada son barreras y carpas o sombrillas, pero no estas casas llenas que estamos viendo en la calle (…) se está planificando para un escenario posterior al COVID, donde se pueda cenar afuera, sentirse agradable y cómodo, pero no necesitaremos estar adentro una casa en la calle”.
El concejal Rafael Salamanca, presidente del Comité de Uso de las Tierras, se mostró a favor del programa, pero insistió en pedir que se escuche el clamor de las comunidades.
“El programa de Open Restaurant ha cambiado el paisaje de Nueva York para siempre. Ha traído a la vida a muchos restaurantes y pequeños negocios, al igual que ayudó a muchos trabajadores. Empezamos con 1,400 sitios hasta tener más de 12,000 en toda la ciudad y salvamos más de 100 mil trabajos”, dijo Salamanca. “Hemos oído preocupaciones válidas de juntas comunales y estas que oímos hoy, por lo que es importante que construyamos un programa exitoso, pero también que se tomen en cuenta estas preocupaciones, para tener un equilibrio cuando este programa se implemente de modo permanente”.
Andrew Rigie, presidente de la organización ‘New York City Hospitality Alliance’, que representa a restaurantes y bares de la ciudad, dio su espaldarazo al proyecto y pidió que se avance de manera conjunta, con soluciones y no solamente críticas.
“Necesitamos manejar todos los estándares para que el programa funcione. Esta es una oportunidad increíble. Hagámoslo bien, no enfocándonos en lo que no funcionó, sino en lo que va a a funcionar en el futuro, para la gente, los restaurantes, los trabajadores y las comunidades que sirven”, agregó el activista.
Datos del programa ‘Open Restaurant’ en NYC:
- 12,000 restaurantes, bares y cafés tienen mesas al aire libre y en las vías actualmente.
- 1,000 sitios de comida exterior había en NYC antes de la pandemia.
- 5,900 comedores exteriores están en Manhattan.
- 3,000 restaurantes al aire libre están en Brooklyn.
- 2,400 están en Queens.
- 659 estan en El Bronx.
- 187 están en Staten Island que antes de la pandemia tenía 0.
- 100,000 puestos de trabajo se estima se salvaron gracias a los comedores exteriores.
- 2022 termina el programa temporal de emergencia.
- 2023 será el año en que empezará el programa de manera permanente.
- Todos los restaurantes deberán solicitar nuevamente sus licencias.
- 4 meses durará el trámite para adjudicar licencias de comedores en aceras.
- 5 meses durará el trámite para entregar licencias de comedores en las vías.
- $1,050 será el costo de las licencias permanentes.
- $525 será el valor de la renovación.