Durante su discurso, Duterte ha recordado la renuncia de EE.UU. a venderle armas modernas para combatir a los radicales vinculados con el Estado Islámico, informa Inquirer. La decisión de Washington vino motivada por presuntas violaciones de los derechos humanos en el país asiático y eso obligó al presidente filipino a dirigirse a Rusia y China. Ambos países se han mostrado dispuestos a suministrarle armas proponiendo no pagar por alguna parte del suministro, según Duterte.
«El hecho es que los estadounidenses no cumplen con su palabra«, ha afirmado el mandatario filipino.
Sin embargo, el jefe del Estado filipino ha dicho que «no está preparado para una alianza militar con Rusia y China«. «Si mi avión se estrella o detona una bomba en la carretera, preguntad a la CIA», ha advertido.
Duterte se había reunido con el presidente ruso, Vladímir Putin, en mayo del año pasado en Moscú, en donde el presidente filipino le pidió a su homólogo ruso apoyo en relación a las armas modernas después de que Moscú donara a Filipinas varios rifles de asalto y camiones, entre otros tipos. Asimismo, en octubre de 2017 China proporcionó al país asiático miles de rifles de asalto como gesto de las «relaciones amistosas y cooperativas».
