Opinión

«Desdominicanización»del país

Por Dayvi López Vargas
En el siguiente artículo nos proponemos brevemente describir lo que consideramos políticas tendientes a «desdominicanizar» la República Dominicana. El Estado dominicano ha sido, hasta ahora, el último proceso de evolución política y jurídica de los intereses de la nación dominicana.
La nación dominicana no solo inicia con el proceso de la conquista del Nuevo Mundo por parte de europeos, sino, desde antes. Una universidad de Puerto Rico, probó que existían fuertes genes indígenas en provincias del este y algunas del sur. A esto se suma la influencia indígena en la cultura dominicana, y más en el vocablo. A la unión o filiación de indígenas con españoles, se le llamó mestizo.
Solo basta puntualizar, que tomó casi doscientos años para formarse la nación haitiana, por lo que es falsa la narrativa del dominicano surgir de los haitianos. El reino español decide traer negros esclavos a nuestra isla y muchos fueron, al igual que indígenas, «dominicanizados». La orden de los dominicos fue fundamental para la formación de los mulatos, que era la mezcla de negros con blancos y de los mestizos.
Desdominicanizar es una política imperialista que por desgracia cuenta con un espíritu colaborativo de dominicanos lacayos y serviles. Ya no es una remota señal retórica, ya desdominicanizar es una política de Estado y una amenaza real a la supervivencia de la República.
La desdominicanización es un crimen al Estado y estipulado como traición a la patria. La desdominicanización es un proceso que cuenta con «Caballos de Troya» que acusan por violaciones a los derechos humanos. Esta complicidad evita que unas Fuerzas Armadas dominicanas, aún poderosas contra Haití, no use su poder duro, ni legitima su accionar.
Hoy en día las ONG condicionan al Gobierno constitucional, al abandono de la causa nacional, al olvido de sus próceres. El día de Duarte, con la anuencia de autoridades, se celebró el día del Licey. Ataque a las estatuas y casas de Duarte y próceres en la Zona Colonial. Uniéndose ataques feroces a Cristóbal Colón y figuras que representan el vínculo dominicano con España.
En la desdominicanización es normal las políticas contrarias al interés nacional y denunciadas por la sociedad, pero las siguen implementando. De más está el decir, que los culpables de este deterioro, son puestos ahí para cumplir objetivos foráneos.
Desdominicanizar, sencillamente, es quitarte tu identidad, destruir los símbolos patrios o crear confusiones y ambigüedades. Desdominicanizar es el antagonismo de ser dominicanista. Los nuevos terroristas de la nación, muchas veces se encuentran dentro del propio Estado. Hoy día hay asesores, militares y políticos que no son verdaderamente dominicanos, pero conspiran contra el país, desean serlos.
Desdominicanizar viene de interesados, corruptos y haitianos que sus sueños es ser dominicanos o si no, por lo menos, disfrutar con nuestra destrucción. La desdominicanización es hacer que te sientas haitiano. Que ames los haitianos, que «sueñes» con haitianos; que pronto sean superiores a los dominicanos con leyes especiales proteccionistas y que lo llegues a amar.
Desdominicanizar significa el abandono o la claudicación a la causa nacional e independencia. Hay una complicidad vergonzosa y casi asqueante en algunos de los que dirigen instituciones públicas. Su interés está en generar riquezas y, continuar en el poder, los hace pactar hasta con eternos enemigos. Para ellos no hay Patria, sino, solo intereses.
La idea del abandono de la causa se vio con la eliminación de «Moral y cívica» en las escuelas y el ingreso masivo de niños haitianos.  Haití está dominicanizando sus leyes y población y los de aquí, haitianizando. Mala jugada y mala estrategia, porque muy probablemente se avecinen graves y grandes guerras y conflictos étnicos.
El Sr. presidente no se ha escuchado de manera sincera decir, «¡viva la Patria!»; así como pocos militares le dan plena importancia a esa gran virtud castrense y cívica. Esas desagradables acciones traerán como consecuencia la posibilidad de trazar una línea entre quienes defienden los intereses nacionales y los que no. Y de manera medir quiénes son más o menos dominicanos para así votar por los que garanticen la soberanía.

Con la marcha en favor de la causa nacional, la juventud envío un mensaje a aquellos, incluyendo la mayoría de funcionarios imprudentes, que con su política de seducción pro potencias conspiradoras, subestimaron el peso, arrojo y decisión del pueblo por la causa nacional. Se hace necesario expulsar del gobierno en estas elecciones a aquellos que se niegan a la dominicanidad y votar por aquellos que propongan la redominicanizacíón.

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