Los Presidentes Más Azarosos de la República Dominicana; Hipólito Mejía, Leonel Fernández, Danilo Medina y Luis Abinader

En los últimos 27 años hemos tenido los 4 presidentes más azarosos de la República Dominicana. Es por esta razón que los dominicanos vivimos en un azaroso momento histórico. El diccionario de la Real Academia Española define la palabra azaroso como un adjetivo que tiene en sí azar o desgracia. Los sinónimos son aciago, funesto, siniestro, nefasto, fatal, infausto y desdichado.
Ninguna otra palabra del vocabulario usado por los dominicanos puede definir mejor a estos cuatro personajes de nuestra historia reciente como lo sintetiza el diccionario. Nos referimos a los expresidentes Hipólito Mejía, Leonel Fernández, Danilo Medina y el actual mandatario Luis Abinader.
Su paso por el Estado los ha convertido en multimillonarios, a los tres primeros, el cuarto, sin embargo, el actual gobierno, tiene un capital en los papeles de Panamá, que no reflejan en sus declaraciones de impuesto sobre la renta. También, el presidente actual ha tomado más dólares prestado que los tres anteriores gobiernos, sin que estos préstamos reflejen y justifiquen las obras públicas que beneficien a los dominicanos.
El dominicano común aplica esta expresión de “azaroso” a cualquier persona que le amargue la vida, que le haga pasar por momentos difíciles, o que asedie a una persona en el trabajo, la casa, o en cualquier otro lugar, al punto que no le quede otro recurso que lo haga explotar ante la tortura, el mal trato, o abuso que le infringe a la otra persona.
Existe todo un andamiaje político partidista que opera en todas las esferas del poder entre los tres poderes del Estado que como asociación de malhechores trabajan junto con el presidente para azararle la vida a los dominicanos. Operan para substraer los vienes del Estado dominicano, convirtiendo a sus socios más cercanos en multimillonarios.
Y es que estos funcionarios públicos le azaran la vida a cualquier persona que tenga en la vida aspiración de llegar a ser alguien de bien en la sociedad. Si no eres parte del sistema corrupto que opera entre los partidos políticos, no llega a ningún sitio. Desde la educación primaria hasta la universitaria existe una mediocridad colectiva espantosa.
Por un lado, los estudiantes quieren pasar las clases sin hacer las lecturas y los trabajos requeridos por los maestros. Por otro lado, los maestros se ven obligados a pasan a los alumnos, para quedar bien con la administración, es decir para no ser despedido.
Ir a un hospital público para requerir atención medica resultará tener un día azaroso. Y que se puede decir si te tocas conducir tu auto por las principales arterias del gran Santo Domingo. Tu sangre empieza a arder y te llenas de tanta ira que te sube la presión, te da taquicardia, o te aplasta la cabeza las paredes de la avenida 27 de febrero.
En un país donde el actual presidente Luis Abinader ha tomado prestado 39 mil millones de dólares en solo tres años, más de la mitad del dinero que habían tomado prestado los otros tres miembros de la pandilla de Ali Baba y los cuarenta ladrones de “Las Mil y Unas Noches” dominicanas. Con ese ritmo de empréstitos los políticos mantienen al pueblo dominicano en forma azarosa.
Luis Abinader solo ha sabido gobernar para azarar la clase media, y para empobrecer aún más a la clase pobre. Claro está, que quien se monta en el poder luego de azarar la vida de la mayoría de los dominicanos, no desea abandonar la silla presidencial, junto con sus socios, para seguir tomando prestado y empobrecer aún más a los hijos de la patria.
Todo el dinero que ha tomado prestado el gobierno actual a los organismos internacionales es con el único propósito de cubrir los gastos de la reelección. Así es que, desde la Junta Central electoral, la oligarquía criolla, y los funcionarios del gobierno están trabajando con una maquina bien engrasada para continuar azarando a los dominicanos.
Luego celebramos con alta dosis de hipocresía patriótica el día de Juan Pablo Duarte, celebramos una misa a la reelección, y al resto de los dominicanos que se los lleve el mismo diablo.