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Imagen de la Virgen de Altagracia o Idolatría

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Por Rey Díaz

La impresión del ícono de la Virgen de la Altagracia como Madre protectora del Pueblo
Dominicano es una creencia fundamentada en la idolatría, o culto a María. Aunque a través del
tiempo, los Católicos Romanos han hecho réplicas de su imagen coronando de favores ese falso
cuadro, la realidad es que Dios todopoderoso es y seguirá siendo el que vela, cuida y protege a
la República Dominicana.
El mito desarrollado en la conciencia del pueblo conlleva a mantener en ignorancia al pueblo
sobre lo que es falso y lo que es verdadero. Esa creencia que data de los años de la conquista,
busca mantener la mentira por encima de la verdad. Y los gobernantes que hemos tenido, hasta
ahora, todos han participado en el engaño idolátrico de la falsa fe Católica Romana.
El mandamiento bíblico es claro y preciso que todos por igual debemos acatar. “La versión de la
Biblia en español “Vulgata Latina”, dice en Éxodo 20:3-6, “No tendrán otros dioses delante de
mí. O harás para ti imagen de escultura ni figura alguna de las cosas que hay arriba en el cielo,
ni abajo en la tierra, ni de las que hay en las aguas debajo de la tierra. No las adoraras ni
rendirás culto.” Y añade por si alguno quiere discutir, Verso 6, “Yo soy el Señor Dios tuyo, el
fuerte, el celoso, que castigo la maldad de los padres en los hijos hasta la tercera y cuarta
generación, de aquellos, digo, que me aborrecen; y que uso de misericordia hasta millares de
generaciones con los que me aman y guardan mis mandamientos.”
El problema se inicia cuando los teólogos de la Iglesia saltan a relucir que María es el toitoisko,
o sea la madre de Dios. Pero como María no existía antes que Dios, no puede ser por lógica la
madre del Dios eterno, del cual se dice que siempre ha existido. La preexistencia de Jesucristo
es demostrable por medio del análisis bíblico, no así la de María la madre del Verbo encarnado.
María fue una mujer pura, santa llena de la gracia de Dios, quien fue escogida por su creador,
para que sirviera como instrumento en dar a luz al Hijo de Dios, es decir traer al mundo nuestro
redentor. Pero María no es co-redentora con Cristo, y los Católicos Romanos solo tienen que ir
al Magnifica, en el evangelio según San Lucas 1: 46-55. Allí dice María sí. “Mi alma se regocija en
Dios mi salvador, porque ha mirado la bajeza de su sierva”. Ella se regocija en Dios, al cual ella
describe como su salvador, luego pasa a decir que ese Dios a quien ella se regocija como su
salvador es quien ha mirado la bajeza de su sierva.”
Dios no comparte su gloria con nadie, y María reconoce la gran distancia que existe entre ella y
Dios. María fue una mujer virtuosa llena de la gracia De Dios, pero su rol como instrumento en
las manos de Dios, no debe sublimarse a tal punto de colocar a María por encima de Dios. Es
Dios quien crea la raza humana, más no así María, quien es parte de la magnífica creación de
nuestro Señor Dios.

Muchas iglesias tanto católicas como protestantes están llenas de imágenes que la misma Biblia
condena desde el Génesis hasta el Apocalipsis. Así es que mi critica no va dirigida solamente a
los dogmas teológicos de los Católicos Romanos, sino también a las iglesias protestantes
repletas de imágenes en sus ventanas de cristal, en sus templos y pasillos, que reflejan no solo
una ignorancia total de las escrituras sino también una rebeldía a los mandamientos divinos.
Confieso que en la iglesia protestante donde predicó también existen imágenes. Cuadros de
Jesucristo, figuras en las ventanas de cristal, y aunque he predicado contra esta práctica, la
realidad es que el entendimiento de la gente es nulo por que anteponen la tradición antes que
el mandamiento divino.
Todos los profetas del Antiguo y Nuevo Testamento condenaron la idolatría. Y nuestros
magistrados, tanto católicos como protestantes no deben continuar ignorando esta verdad
bíblica que nos coloca de espalda a la palabra de Dios.
Vuelvo y repito Dios como creador no comparte su gloria con imágenes de yeso, vidrio, piedra,
madera o de cualquier otro metal, que no caminan, no hablan, no oyen, ni ven. Y el Salmo 115
dice claramente que los dioses de los pueblos paganos, es decir de aquellos que no temen a
Dios, “Los ídolos de ellos son plata y oro obra de manos de hombres. Boca tienen, y no hablan;
ojos tienen, y no ven. Orejas tienen, y no oyen; nariz tienen, y no huelen. Manos tienen, y no
palpan; pies tienen, y no andan; no echan voz de su garganta. Semejantes a ellos serán los que
los hacen, todo el que en ellos confía.” Tomada la cita de Sagrada Biblia, traducida de la
Vulgata Latina por P. José Miguel Petisco de la compañía de Jesús, Madrid España, 1968.
No hay justificación ni bíblica ni teológica que apoyen la adoración, veneración de imágenes.
Por el contrario, dice la biblia -entre otras prácticas condenadas en ellas- que los idólatras, ni
los mentirosos entrarán en el reino de los cielos. La idolatría es abominación al Dios según la
tradición judeo-cristiano. Por tanto, debemos alertar al pueblo para que no se dejen engañar
por conceptos puramente humanos, y no así divinos.

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