Rey Díaz
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El Prócer Dominicano Juan Pablo Duarte es la figura política más emblemática de la historia
republicana de todos los tiempos a quien con mucha frecuencia se exalta efusivamente pero
que muy pocos son capaces de imitar. Es decir, los políticos corruptos se esconden detrás de su
figura, exaltando sus virtudes, pero muy pocos siguen su ejemplo.
Y es que la figura de uno de los principales, si no el más ilustre fundador de la Patria, fue un
gran forjador de la nación dominicana, cuyo personaje no tiene desperdicio cuando hacemos
un análisis histórico de su trayectoria política; quien desde muy joven mostró tener un carácter
y temperamento que fueron tomando forma en su desarrollo intelectual, político y social hasta
llegar al punto del sacrificio económico tanto de él, como de su familia; y así concebir y producir
una patria libre y soberana de toda potencia extranjera. No en vano, el Dr. Joaquín Balaguer le
llama “El Cristo de la Libertad”.
Los políticos de vieja y nueva cuña, citan con frecuencia a Duarte, quien a su temprana edad se
convirtió en el conceptualizador número uno de la Patria. Es muy corriente oír discursos que
elogian la figura de Duarte durante los días feriados, en discursos políticos o en fechas
efemérides donde la nación conmemora su natalicio; llevando ofrendas florales al altar de la
Patria, o al celebrar nuestra independencia, pero después, nos olvidamos del Patricio y de los
dominicanos que sufren a consecuencia de los políticos corruptos cuando en verdad Duarte
quiso dejar un legado y patrimonio que sirva para mejor la vida de todos los dominicanos y
sobre todo producir una nación libre y soberana.
El 26 de enero, la celebración por el natalicio del Prócer Juan Pablo Duarte debe ser materia de
reflexión en todas las instituciones docentes del país, porque alejarnos de su accionar político y
ético, nos alejamos también de la patria y nos encaminamos hacia la desintegración del
proyecto de nación, especialmente entre aquellos y aquellas políticos corruptos que día por día
roban y empeñan la patria a organismos de capitales internacionales; lo cual produce el
aumento de los niveles de pobreza y marginalización entre los sectores de extrema pobreza a
nivel nacional.
Los bienes de la nación son sustraídos por corporaciones internacionales que operan en el
territorio nacional, con el amparo de los políticos corruptos de los últimos 60 años, quienes
explotan al pueblo, destruyendo el camino hacia el verdadero progreso económico de todos los
dominicanos.
Juan Pablo Duarte fue un hombre honrando. Los records de su excursión en los quehaceres
políticos de la nación así lo demuestran. Fue muy devoto al pensamiento de concebir una
nación que se encaminará, como otras naciones, al progreso y el desarrollo de la Patria.
Sacrificó su propio bienestar social y el del resto de los suyos, al vender las propiedades y usar
los recursos económicos para comprar las armas que nos llevaron, después de varios años de
dominio haitiano, a la declaración de independencia lograda a partir del 27 de febrero de 1844.
Los dominicanos, de ayer y de hoy, estaremos siempre en deuda y agradecidos por el trabajo
desplegado por los libertadores, por el legado histórico de la independencia, por la confección
de nuestra bandera tricolor, por nuestro himno nacional, porque en la bandera como también
en el himno, se resaltan claramente los principios fundamentales de nuestra querida nación:
“Dios, Patria y libertad.” Hoy día honramos su memoria al cumplirse 209 años de su nacimiento
ya que fue un digno ejemplo el cual debemos emular, porque la República Dominicana como
Duarte nació para ser libre, pero esclava de nadie jamás.
