“Soy una alcohólica”: los 70 años de Lynda Carter, la Mujer Maravilla que abandonó Hollywood y luchó contra las adicciones.
Cuando Lynda Carter se convirtió en la Mujer Maravilla por primera vez en la televisión, nadie apostaba por el éxito que tendría el personaje. Ni siquiera los productores tenían fe en que un programa estelarizado por un heroína, en lugar de un héroe, pudiera capturar a las audiencias.
Sin embargo, lo hizo. Después de su estreno en 1975, la serie fue un rotundo éxito. Diana Temiscira, o Diana Prince, como se presentaba para ocultar su verdadera identidad, se convirtió en uno de los personajes más queridos de la televisión y la joven de diminuta cintura, ojos azules y cabellera castaña que la interpretaba en una de las estrellas más importantes de la pantalla chica.
Con la ayuda de un lazo de la verdad, un avión invisible y poderes sobrenaturales, Diana combatía a los villanos en un escenario ubicado en la década de los 70. Pero fuera de la pantalla, Carter libraba otra batalla: el alcoholismo, fruto de un matrimonio infeliz que le costó superar.
Sin embargo, como su personaje, venció todos los problemas que se le presentaron, aunque antes tuvo que luchar para conseguirlo.
De Miss USA a Hollywood
Hija de una madre mexicana y de un padre con ascendencia irlandesa, la belleza de Carter era innegable. Pero su talento floreció lejos del modelaje y de la actuación, como podría pensarse. Con tan sólo cinco años de edad, debutó como cantante en su natal Phoenix, en Arizona, en un concurso de talento.
En la adolescencia se unió a un conjunto musical y comenzó a presentarse en una plaza pequeña en donde vendían pizza. Posteriormente, como parte de la banda The Relatives, Carter emprendió una gira en la que recorrió desde Las Vegas hasta las montañas Catskill, en el estado de Nueva York.
La música era, desde ese entonces, una de las grandes pasiones que la acompañarían por el resto de su vida y con la que logró cosechar múltiples éxitos, pero no sería lo único en lo que brillaría. En 1972, Lynda se convirtió en la ganadora del certamen de belleza Miss USA y posteriormente representó a su país en el concurso Miss Mundo, en donde se colocó como una de las 15 semifinalistas.
Pero en realidad, a pesar del éxito que tuvo en tan poco tiempo, el modelaje y el mundo de los concursos de belleza no era suficiente para Lynda. Su ambición fue mucho más grande y ese fue el empujón que necesitó para mudarse a Los Ángeles, California, en donde estudió actuación, canto y composición.
En Hollywood, consiguió algunos trabajos en series de la época e incluso audicionó para convertirse en la Mujer Maravilla en la película de 1974 que daría origen a la serie; pero en ese entonces Cathy Lee Crosby fue elegida para interpretar el papel. Grave error que después sería enmendado.
Un año después, Lynda audicionó por segunda ocasión para dar vida a la superheroína cuyo mensaje de empoderamiento femenino quedaría grabado en las generaciones siguientes y lo consiguió. Sin embargo, los problemas económicos que tenía como resultado de su mala paga como Miss USA la tenían consternada.
Fuente Infobae