Opinión

De la opulencia petrolera a la pobreza extrema del castrochavismo

Por José Flández

Había una vez en América Latina, un país próspero, hacia donde millones de personas de todo el mundo querían emigrar, por las oportunidades de trabajo y progreso que los emigrados esperaban encontrar, debido a que allí se vivía un momento de auge y prosperidad, que le proporcionaba la explotación puntual de su riqueza petrolera.

 Los consulados de la mayoría de países del continente vivían momentos de arduo ajetreo, debido a la gran demanda de solicitudes de visas de todo tipo que producía el atractivo objetivo que significaba el país caribeño situado en Suramérica.

 De esa Venezuela que quedó atrás; de la Venezuela que recibió a millones de inmigrantes de todo el mundo, que hicieron de esa república, su nación…, de esa otrora Venezuela, solo queda la melancolía de algo bueno que, ingenuamente, los venezolanos desterraron con sus votos en 1998, y ahora extrañan con arrepentimiento por la mala decisión, altamente decepcionados, con mucha tristeza y desesperación.

 Y es que a la otrora próspera nación, que nadaba en la abundancia, parece que la atacaron las siete plagas de Egipto, pues es calamitosa la situación que mal se vive en la patria del libertador Simón Bolívar luego de sufrir estoicamente, la aplanadora de los desastrosos desgobiernos socialistas del populista mesiánico, Hugo Chávez Frías y de su hijo putativo, Nicolás Maduro Moros.

 Pero es que aquellos vientos trajeron estos lodos…, pues desde el umbral de su gobierno, Chávez no descansó un momento, mientras desmantelaba todo el andamiaje del defectuoso, pero funcional sistema democrático por él encontrado, e instalaba la plataforma donde descansaría su futura dictadura socialista; aquella que había planeado desde su juventud y mientras organizaba su conspiración en los cuarteles, captando camaradas en las filas militares con el fin de asaltar el poder.

 A la par, al mismo tiempo que desmantelaba el andamiaje institucional, también se encargó de minuciosamente destruir la economía, su industria petrolera, confiscando los medios de producción y otras empresas comerciales, estatizándolos, para finalmente llevarlos a la quiebra; lo que provocó el colapso de la economía, produciendo como consecuencia, una catastrófica y desesperante crisis de abastecimiento, donde los productos de consumo masivo desaparecieron de los anaqueles de tiendas y supermercados de alimentos.

 Así, paralelamente, el proclamado orgullosamente por sus fieles seguidores como “comandante Chávez”, reprimía a sus opositores metódicamente, encarcelándolos, basándose en falsas acusaciones que originaban expedientes de características delincuenciales, para luego alegar de que no son presos políticos sino, políticos presos.

 Con ese nefasto precedente, Nicolás Maduro, su sustituto después de su muerte, siguió el mismo derrotero de su predecesor, llevando el país heredado a constituirse en el país más pobre del continente, sobrepasando en miseria, al paupérrimo Estado haitiano.

 Es por esa situación que vive el deteriorado país suramericano, que en fecha reciente fue seleccionado como el más pobre da América. En los párrafos finales les presento textualmente un revelador informe sobre la lamentable situación a la que ha llevado el castrochavismo a la otrora próspera nación.

 En un informe de la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida 2019-2020 (Encovi) de la Universidad Católica Andrés Bello se reveló que Venezuela superó a Haití como el país más pobre de Latinoamérica, lo que lo equipara con otras naciones en igual situación en el mundo como Nigeria, Chad, Congo, Zimbabwe o Yemen.

 “Venezuela se ha alejado considerablemente de sus pares suramericanos, acercándose a la situación que ostentan algunos países del continente africano”, afirmó la muestra.

 El informe de Encovi tiene en cuenta mediciones de la pobreza, el perfil de la misma en el país, las comparaciones internacionales, las políticas y programas sociales y las propuestas para erradicar la pobreza.

 El estudio señala que la situación de pobreza en Venezuela se ve agravada ya que, entre 2013 y 2019, se produjo una caída del 70% del Producto Interno Bruto (PIB)la inflación entre marzo de 2019 y marzo de 2020 ascendió a 3.365%, el ingreso promedio diario es de 0,72 dólares y el 79,3% de los venezolanos no tiene como cubrir la canasta básica de alimentos. Por ello, explica la encuesta Encovi, Venezuela es el país más pobre y el segundo más desigual de América Latina.

 En el caso del primer indicador, medido tanto en ingresos menores a US$1,9 y US$3,2 al día, Venezuela ha superado a Haití, históricamente considerado el más pobre de la región, así como también a Guatemala, Bolivia y Ecuador.En el caso de la desigualdad o la distribución de la riqueza, medida a través del índice de Gini, Venezuela con 51, solo es superada en este punto por Brasil. En este rubro, Colombia es el tercero más desigual de Latinoamérica con un índice de 50,4.

 Una de las conclusiones del informe es que “el aumento de la pobreza se debió al deterioro de los ingresos y el empeoramiento del empleo”.

Además, se afirma que las “mejoras” en ámbitos como vivienda, fueron un efecto colateral de la migración internacional, pero no consecuencia de mejoras estructurales en la situación de Venezuela.

 Otro informe indica que esto se debe a que la canasta básica en Venezuela aumentó un 433,9%, por lo que se necesitan 18 salarios mínimos para cubrir dicha canasta básica, por eso 9 de cada 10 familias afirman que sus ingresos son insuficientes para comprar alimentos; lo que se refleja en la baja de por lo menos 18 libras de peso sufrida como promedio en la población venezolana, ya que los más pobres sobreviven con harinas, arroz, hortalizas y tubérculos.

 

POR JOSÉ  FLANDEZ

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