EEUU exigió a China que permita al acceso de la OMS a la información sobre los primeros días del brote de COVID-19
El asesor de Seguridad Nacional estadounidense, Jake Sullivan, afirmó que el gobierno de Biden tiene ”profundas preocupaciones” sobre la respuesta inicial del régimen de Xi Jinping a la crisis del coronavirus
Estados Unidos tiene “profundas preocupaciones” sobre la respuesta inicial de China a la crisis del covid-19 y quiere que Pekín “ponga a disposición sus datos desde los primeros días del brote”, dijo el domingo el asesor de Seguridad Nacional estadounidense, Jake Sullivan.
Esta declaración llega días después de que un equipo de investigación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) regresara de la ciudad china de Wuhan, el epicentro de la pandemia, y dijera que el virus podría haberse originado con productos marinos congelados, y no en un laboratorio chino como algunos habían sugerido.
Sullivan expresó su “profundo respeto” por la OMS -a la que Estados Unidos se reincorpora después de que el gobierno del expresidente Donald Trump la abandonara para protestar por su respuesta al virus-, pero dijo que proteger su credibilidad es “una prioridad absoluta”.
El asesor de Biden hizo estas declaraciones luego de que las autoridades chinas se negaran a dar a los investigadores de la OMS información personalizada sobre los primeros casos de COVID-19 que podrían ayudarlos a determinar cómo y cuándo comenzó a propagarse el coronavirus en China. Así lo aseguraron investigadores del organismo, que describieron que hubo acalorados intercambios con las autoridades del gigante asiático por la falta de detalles.
De acuerdo con información publicada por The Wall Street Journal, las autoridades chinas rechazaron los pedidos de información sobre 174 casos de COVID-19 que fueron registrados durante la fase inicial del brote en la ciudad china de Wuhan en diciembre de 2019. Los pedidos se hicieron en el marco del viaje del grupo de investigadores de la OMS que tiene como objetivo determinar los orígenes de la pandemia.
De acuerdo con información que fuentes del equipo de la OMS brindaron al medio estadounidense, los funcionarios y científicos chinos proporcionaron sus propios resúmenes y análisis de datos sobre los casos, además de datos agregados y análisis sobre búsquedas retrospectivas a través de registros médicos en los meses anteriores a la identificación del brote de Wuhan, diciendo que no habían encontrado evidencia del virus.
Sin embargo, al equipo de la OMS no se le permitió ver los datos sin procesar de esos estudios, lo que podría permitirles realizar su propio análisis sobre qué tan temprano y cuán extensamente se expandió el virus en China. “Nos mostraron un par de ejemplos, pero eso no es lo mismo que poder acceder a todos, que es lo que se hace en una investigación epidemiológica estándar”, dijo Dominic Dwyer, un microbiólogo australiano del equipo de la OMS. “Entonces, ya sabes, la interpretación de esos datos se vuelve más limitada desde nuestro punto de vista”.
La renuencia de China a proporcionar esa información se suma a las preocupaciones de muchos gobiernos y científicos extranjeros sobre la falta de transparencia del país a la hora de colaborar con la búsqueda de los orígenes de la pandemia.
La investigación de la OMS ha buscado determinar si el COVID-19 se estaba propagando en China antes de diciembre de 2019, cuando las autoridades chinas informaron del primer paciente con síntoma. La detección temprana de la enfermedad podría haber detenido su propagación antes de que estallara en una pandemia que hasta ahora ha matado a más de 2,3 millones de personas.
Aproximadamente 90 pacientes de hospitales tenían síntomas similares al COVID-19 en el centro de China en los dos meses antes de que se identificara el brote de Wuhan, según investigadores de la OMS. Las autoridades chinas realizaron pruebas de anticuerpos en ese grupo más de un año después, pero los mismos podrían haber disminuido a niveles indetectables, y todos fueron negativos. Como consecuencia, los investigadores no logran determinar si esos pacientes fueron efectivamente casos tempranos de COVID-19 o si padecían una enfermedad respiratoria similar.
La OMS carece de poder para obligar a los gobiernos miembros, que eligen a los líderes y financian los presupuestos de la agencia de las Naciones Unidas, a que le proporcionen la información que requieren.
Con información de AFP