Análisis político especial para el Listinusa.net
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Rey Diaz
zoolaar@live.com
La indiferencia de los congresistas Republicanos y del Presidente Trump hacia los reclamos de los que salieron a protestar contra la brutalidad policiaca, calló en oídos sordos tanto por el gobernante, como también entre aquellos que pueden legislar leyes que eliminen los continuos abusos que algunos policías vienen cometiendo por varias generaciones, sin que se establezcan acciones legales punitivas contra una organización creada para defender y cuidar la vida de todos los ciudadanos.
A la cabeza del Partido Republicano esta Donald Trump quien ha validado el racismo institucional, la mentira como mecanismo de defensa contra los medios de comunicación y la crítica mordaz hacia cualquiera que él considere un adversario político o critique sus decisiones políticas.
El Presidente al abrazar las medidas políticas con las que está de acuerdo el ala evangélica norteamericana, le ha causado muchos adeptos a su causa, pero también ha despertado muchos males sociales que parecían estar enterrados.
Este sector religioso favorecido por el presidente de los Estados Unidos, con el apoyo de su agenda religiosa, se coloca diametralmente opuesto a los postulados y los principios básicos de la fe cristiana que ellos dicen representar. La mentira, el adulterio, el odio racial en vez del amor hacia los enemigos y el no levantar falsos testimonios contra otros son formas evidentes de la política seguida por Trump.
En él se resalta la mentira, la ofensa verbal, el abuso de poder, la promiscuidad, el uso de ideas sexuales como factor gratificante a sus deseos sexuales, tiene acusaciones por no pagar las cuentas, empero se ha declarado en banca rota infinidad de veces, le debe a la oficina de impuesto sobre la renta IRS, pero le llama a su fechoría, sabiduría. Además, se ha casado tres veces, y ha sido infiel en varias ocasiones durante sus matrimonios según datos filtrados en la prensa americana. Insulta contantemente con varios epítetos ofensivos y amedrenta a quienes difieren de su postura política.
Trump ha ejercido control casi absoluto del Partido Republicano, transformando esa institución americana, con postulados y principios antiéticos. No existen dudas sobre el gran dote de Trump como comunicador. Esa popularidad que tiene el presidente entre la gente que favorece más las mentiras que la verdad, convirtieron la nación en un terreno de batalla entre la verdad y la mentira.
Ese mismo carisma hace que ejerza un poder seductor entre las masas de ese partido. También ejerce ese poder seductor entre los miembros del congreso. El usa su popularidad en contra de quien se oponga a su forma de hacer política dentro y fuera del Partido, y contra cualquiera que le critique públicamente.
Los republicanos en el congreso no se atreven a contradecir al Presidente, aunque sepan que no dice la verdad. Si algún congresista se opone a Trump, puede que no salga reelecto en las próximas elecciones y pierda su escaño por criticar al presidente. Así cualquier oposición a su política trumpista puede ser una ofensa muy seria contra el actual presidente. No hay dudas de que estamos frente a un caso nuevo en la democracia de los Estados Unidos.
Resulta muy difícil desligar al Partido Republicano de la política trumpista, ya que está demostrado que el poder ejercido por el mandatario está fuera de control cuando asegura que se mantendrá en la Casa Blanca a pesar de haber perdido las elecciones pasadas, y solo un congresista Republicano hasta ahora, ha estado en desacuerdo con el Presidente.
Hay otras políticas que se mezclan entre republicanos y demócratas que no son necesarias inherentes a la política de uno de estos dos partidos políticos. Además, el área más liberal del pueblo americano no está representado en ninguno de estos dos partidos, pero que pueden favorecer un bando o el otro, dependiendo de los intereses que estén en juego al momento de las elecciones.
Ese grupo sin afiliación, hizo el cambio en las pasadas elecciones. Ese sector, unido a personas que regularmente no salen a votar se vieron motivados a votar por la candidatura de Donald Trump o por la de Joe Biden. Esos grupos no necesariamente están anclados en un solo partido, sino que votan según la percepción de cómo va la economía, y otras cosas que amenazan la salud física y mental como la guerra, el aborto, el racismo y actualmente el COVID -19; este último elemento, contribuyó a la derrota del Presidente. Trump ha sido uno de los mejores presidentes en usar los medios de comunicación a su favor. Esto es así, independientemente de que estemos de acuerdo o no estemos de desacuerdo con su accionar político.
Finalmente, mientras el Partido Republicano prefiere reducir los impuestos entre los empresarios multimillonarios, los demócratas prefieren aumentarlos. Esto obedece a conceptualizaciones políticas totalmente diferentes. Mientras los republicanos reducen los impuestos para que los ricos paguen menos, los demócratas lo aumentan para reducir los ingresos de los ricos, y así pueden usar esos recursos en programas y mejoras para la sociedad americana.
Por : Rey Diaz
zoolaar@live.com # 4
