Educación

Formación en tiempos de crisis

Fernando Nistal González, coordinador del Título de Experto en Liderazgo y Compromiso Cívico CEU, rompe en este artículo una lanza a favor de los jóvenes

S.F.

No cabe duda de que llevamos un 2020 curioso. El escenario pandémico que nos ha tocado vivir continúa generando dificultades y mucha incertidumbre, pero también un sentimiento de esperanza: sabemos que esta excepcional situación pasará y volveremos a nuestra vida de siempre.

En este contexto de crisis generalizada (política, económica, sanitaria, moral) y de ausencia de referentes éticos, muchos padres sugieren a sus hijos un modo de «protegerles» de este titubeante periodo, proponiéndoles nuevas expectativas a través de un valor seguro: la formación. Esta protección filial, que debería ir acompañada de un sincero sentimiento de confianza en el primogénito, no suele aflorar de manera espontánea en los padres. «Qué sabrás tú» o «yo tengo más experiencia» son expresiones habituales que no siempre reciben con agrado nuestros hijos. Y con razón.

Es en este punto donde me gustaría romper una lanza a favor de nuestros jóvenes, los cuales no viven ajenos a la decadente realidad que nos rodea y manifiestan su interés por sentirse partícipes en la construcción de un mundo mejor. Son ellos, y no los padres, los que demandan muchas veces una formación complementaria más allá de lo puramente técnico o especializado. Son ellos los que ansían tener una base del conocimiento que les acerque a la Verdad, que les enseñe a pensar y a interpretar las claves de la sociedad contemporánea.

Por eso, ante la abundancia de referentes superficiales y cortoplacistas, apostemos por formar a nuestros líderes del mañana. Solo mediante la formación de personas virtuosas y libres lograremos revertir la actual crisis de valores, un modelo de sociedad utilitarista que se olvida cada vez más del verdadero destino del Hombre en el mundo.

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