Por : Rey Díaz
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La palabra chapear proviene de la acción de cortar la yerba del jardín, o del patio de la casa. Puede ser un solar, un conuco, o en un área verde a la cual se desea embellecer. La misma palabra se usa para limpiar o adornar el entorno del medio ambiente. Eran los pobres chiriperos en el campo, o en la ciudad que se encargaban del chapeo. En la era de Trujillo los presos eran forzados a cortar la yerba mala y arbustos en la capital.
Pero al pasar el tiempo, el chapeo pasó de ser un trabajo de los hombres en estado de pobreza, a usarse para referirse a las mujeres que por sus encantos femeninos se acercan a los hombres para limpiarle los bolsillos, y sacarle el mínimo peso que tengan en la cartera, o el banco, o en cualquier otro lugar donde tenga sus recursos el imbécil; ya sea en inversiones, pesos, dólares, o euros.
Con el tiempo esa característica de algunas femeninas se fue pasando de una clase social a la otra convirtiendo a las mujeres que ejerce ese oficio, en una de las empresas más lucrativas donde muchas han alcanzado así la fama y la fortuna.
Las hay educadas, y también sin mucha educación pues lo que importa es saber dar muela a sus víctimas pues olfatean como un buen canino a su presa que casi siempre resulta ser un hombre asfixiado como cantará Dany Rivera por el amor de una mujer.
Este oficio del chapeo a medida que va pasando el tiempo ha ido en escala ascendente y se ha extendido en la República Dominicana en todas las esferas sociales del país. Las características propias de una chapeadora profesional es la de lucir atractiva a su víctima, tener un buen recurso verbal para persuadir a quien desea convencer. Ellas siempre tienen necesidades por encima de las expectativas que el hombre pueda proveer, por eso cambia la montura del caballo, aunque estén cruzando el rio.
Las chapeadoras desean ascender de clase y por lo general consumen más de lo que producen sus encantos femeninos. También le gusta la buena vida y si el hombre a quien chapea no le puede suplir todas sus demandas económicas entonces mantendrá varias fuentes de ingresos económicos porque tan pronto asciende en su estatus social aumentan también los gastos pues no les agrada descender de su nivel social al cual han escalado.
La chapeadora es aquella mujer que usa sus habilidades y encantos femeninos para alcanzar sus metas, solo es fiel a sus objetivos, no a ningún principio ético. Es una experta en manipular a sus víctimas con una actuación magistral que deja a las mejores actrices de Hollywood estupefactas.
Aproximadamente dos décadas atrás empezó a florecer en las altas esferas del ambiente político dominicano la chapeadora más educada que ha producido el liderazgo partidista en el país. Ella ha sido primera dama de la nación, y luego la vice presidenta de dos mandatarios.
Uno de ellos es su actual esposo, a quienes los años y la memoria parecen afectarle en su discurso y rostro. Sin embargo, ella la flor del chapeo puede escoger con quien bailar libremente, o ir de candidato con otro que no sea su esposo. Además, ha estado ligada al poder como vice presidenta por 16 años. Actualmente ha sido seleccionada como candidata a la vice presidencia por uno de los políticos menos capacitados de América Latina. Si llega a la presidencia el candidato que el mismo presidente le ha bautizado con el apodo de el Penco será la 5 vez como vicepresidente de la República Dominicana la única mujer, hasta ahora, en ocupar esa posición por cuatro períodos presidenciales.
Si no conociéramos el modus operandis de las chapeadoras sería imposible imaginar de cómo está mujer se acercó a unos de los políticos más corrupto de la historia republicana y democrática del país, a no ser que le reconozcamos sus grandes dotes de mujer, la cual ha podido conquistar a tres diferentes hombres para ser compañera de boleta. Como decía Tres Patines, al sacarse el sombrero y torciendo su rostro: “cosa más grande en la vida chico”.
Ella aprendió la lección desde muy joven y supo escoger su víctima para casarse con él, y luego de cumplir su role de esposa fue promovida a la de vice presidente. Y cuando se cumplieron los 8 años de su gobierno, el siguiente presidente fue forzado por un acuerdo partidista para que ella siguiera en el tren de mando junto al siguiente gobierno en el cargo como vice presidente de la nación.
Si el PLD se queda en el poder, a través de un fraude como están acostumbrados hacer nuestros conspicuos presidentes, la excelentísima chapeadora seguirá en el palacio presidencial por un quinto período. Y es que el chapeo debe ser incluido como una de las clases impartidas en las universidades y estas deben ser obligatorias, pero no para las mujeres sino para que los hombres aprendan a no dejarse joder.
En su trayectoria por la política dominicana la excelentísima vice presidente es un buen referente para todas las mujeres que deseen llegar muy lejos en su rol como chapeadora porque esta posición tiene todos los elementos que fascina a una mujer que sabe muy bien cómo alcanzar sus metas.
En cualquier entrenamiento la visibilidad para ejercer su oficio, debe contar con un estudio profundo sobre el manejo de los grandes recursos para gastar en sus vanidades, en sus viajes de compras por Europa y Estados Unidos. Habilidad para cambiar de proveedor, con la salvedad de que las mujeres te envidiarán por el poder y los recursos que manejas sin tener que responder a nadie y los hombres se cuidarán de criticarla para no ser acusados de machismo.
Es una ventaja ser una chapeadora educada pues esta profesión deja mejores dividendos que una carrera universitaria, pero si a esta le añades una educación sólida, no está obligada a ser fiel a ningún compañero porque cuando éste no te asegure tus objetivos, el otro puede ofrecerte el camino para lograr el fin buscado desde un principio, que es llegar a ser la presidente del país. Si dudas de la veracidad de este artículo, estudie la flor que nos gobierna desde sus orígenes hasta el presente y obtendrán las respuestas de cómo hacer un chapeo a alto nivel.
