Con motivo del Día Internacional de Internet Segura, Babbel, la app más eficaz para aprender idiomas, invita a reflexionar sobre la grave problemática del ciberacoso y ofrece su contribución para crear conciencia sobre este fenómeno global. Y es que, según un informe que publicó UNICEF el año pasado, un 6,9% de los estudiantes españoles dice haber sufrido ciberacoso durante los últimos dos meses.
La psicóloga-psicoterapeuta, María Molina, del Centro de Desarrollo y Atención Precoz Apinas (Barcelona), señala que «los padres tienen que poder hacer una tarea de prevención para poder combatir la intimidación y el acoso cibernético. Dicha prevención debe empezar muy tempranamente ya que el niño está en continuo aprendizaje de diferentes aspectos, como la preservación de su propia intimidad. De hecho, el concepto de intimidad-privacidad articulado desde muy pequeño, le resguardará de un posible acoso».
Por otro lado, no hay que permitir el acceso a las redes de forma muy precoz. «Cuando el niño por edad ya tiene acceso, hay que acompañarlo e ir retirando la supervisión poco a poco. En el caso de que, desafortunadamente, el niño viva una situación de acoso cibernético, podrá identificar el acoso como tal y solicitar ayuda a las personas de confianza y si es necesario iniciar un proceso de psicoterapia y/o una denuncia a la policía», indica Molina.
Teniendo en cuenta todo esto, Babbel ha seleccionado algunos términos básicos para comprender mejor el acoso cibernético y para incrementar el conocimiento de los padres sobre los riesgos asociados al uso de Internet y tener más herramientas para proteger a sus hijos de las amenazas en línea.
– Cyberstalking: es la versión en línea del delito de acoso, cuyo objetivo es hostigar y perseguir al otro, mediante el uso de medios digitales de comunicación como el correo electrónico o las redes sociales. La diferencia entre el acosador de la «realidad física» y el acosador cibernético es el hecho de que éste aprovecha el anonimato que ofrece la web.
– Proteus Effect: en español Efecto Proteo. A menudo, la creación de alter egos virtuales es para muchos una parte esencial de la experiencia de juego en línea y es fácil imaginarlo como un proceso unidireccional con el jugador comprometido a crear un yo alternativo para experimentar. El fenómeno ocurre cuando los usuarios virtuales corren el riesgo de ajustarse a los estereotipos vinculados a la identidad que eligen contratar a través de avatares. Por poner un ejemplo fácil de entender, si el avatar es atractivo se sienten más atractivos o si el avatar es feo se sienten más inseguros.
– Flaming: del inglés flame, es un delito real cometido, por ejemplo, en las redes sociales. El tono del mensaje es intencionalmente provocativo y vulgar, escrito con el objetivo de desatar conflictos virtuales.
– Happy slapping: literalmente «bofetada feliz», es un fenómeno de acoso en línea estrechamente relacionado con la realidad. Es la difusión virtual del material de video en el que la víctima es golpeada por uno o más atacantes y secuencias de video. Lo que se publica en Internet puede adquirir un carácter de difusión viral, alimentando así el intercambio de redes.
– Exclusion: en español exclusión. Es un tipo de ostracismo en línea o sabotaje social que ocurre cuando un usuario es excluido intencionalmente de una comunidad, chat o juego interactivo.
– Hikikomori: literalmente «aislarse». Término japonés que se corresponde con una forma de retraimiento social, cuando una persona usa Internet como la única herramienta para entrar en contacto directo con el mundo exterior. En Japón hay cientos de miles de jóvenes que viven sin salir de sus cuartos, aunque no es el único país donde se conocen casi y es un fenómeno cada vez más extendido.
– Impersonation: consiste en el robo de la identidad. Sucede cuando alguien finge ser otra persona (por ejemplo, al crear un perfil falso en Facebook o con un correo electrónico falso) con el propósito de enviar mensajes reprobables.
– Sexting: la práctica de enviar fotos personales en actitudes sexualmente explícitas a través de redes sociales o aplicaciones de mensajería online. Es una práctica particularmente peligrosa que a menudo conduce al ciberacoso cuando estos materiales se difunden online a gran escala.
