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Partido de los Ladrones Dominicanos PLD- » La trilogia del mal «

Por Rey Díaz

En los últimos siete años la administración del Presidente Danilo Medina ha sido sacudida por la plaga de la corrupción más letal que ha permeado su gobierno, convirtiendo el Estado dominicano en una institución virulenta a nivel de epidemia nacional haciendo manifiesto que el Partido de la Liberación Dominicana, más bien debería llamarse Partido de los Ladrones Dominicanos, por los constantes escándalos que implican directamente el despacho presidencial. 

Una observación simple de estos escándalos demostrará que un nuevo hecho será rápidamente sepultado en el olvido ante otro caso criminal que ruboriza al más humilde ciudadano.   

En todo caso, algunos de estos delitos efectuados contra el pueblo dominicano se han dado a conocer gracias a la presión ejercida por el Departamento de Estado, de los Estados Unidos.  El caso de Odebreacht, Cesar Emilio Peralta, alias el abusador son parte de ese prontuario delictivo que implica las autoridades a todos los niveles de la administración pública. Con el tiempo, el pueblo ha ido perdiendo su nivel de asombro, dejando al presidente mudo y sordo ante la nación, y sin capacidad de acción ante la corrupción rampante que asedia su mandato. 

El pueblo ha notado el enriquecimiento ilícito de los funcionarios del gobierno, militares, policías, traficantes de drogas internacionales, empresarios corruptos, y legisladores quienes se han aliado al Estado Dominicano con la meta de prevaricar contra la nación, el Estado, las leyes y la Constitución.

El presidente tiene las manos atadas desde la toma de poder al dar luz verde a los funcionarios corruptos que trabajan en complicidad en su gobierno quienes quebrantan las leyes de la nación. No es posible continuar con esa racha delictiva desde la presidencia. Durante el mandato de Danilo Medina se han superado todos los records de corrupción que haya manejado cualquier otro presidente en la historia republicana y democrática de la República Dominicana. 

Supera la dictadura de Ulises Hilarión Heureaux Leibert, Lilis, de Rafael Leónidas Trujillo Molina, el Triunvirato, los 12 años de Balaguer, Hipólito Mejía, y Leonel Fernández. Por lo menos Trujillo pagó la deuda externa, y a la hora de su muerte no se pudo llevar nada, pero Danilo Medina ha endeudado al país, como ningún otro mandatario. Si durante el gobierno de Donald Raid Cabral se decía “Cuente los Austin”, uno de los carros usados por los choferes de concho público para esa época, hoy en día se pudiera decir, cuente los millonarios corruptos producidos por Leonel, Hipólito y Medina. Gran parte de la deuda externa que tiene el país, está en manos de esos funcionarios corruptos.

Es una corrupción asqueroseante implementada por la plaga morada que ha emergido desde el infierno dantesco para afligir a los dominicanos. Es casi seguro que el Profesor Juan Bosch nunca imaginó que una institución creada por él, supuestamente para la liberación dominicana se haya convertido en un enjambre de asesinos, ladrones, traficantes de drogas, lavadores de divisas, empresarios corruptos que violan la ley, y para colmo de males, que ese modus vivendi sea orquestado desde el Palacio por un gobierno dirigido por el PLD.

Durante los gobiernos de los dos partidos formados por Juan Bosch los hijos de machepa, han quedado huérfanos de cualquier protección, debido a la falta de un liderazgo que ejerza el poder, no para multiplicar la corrupción, o para hacer uso indebido de los recursos del Estado, y para prevaricar contra las leyes, corromper los jueces, y las cortes de justicia de la nación. Si a Sócrates lo hicieron tomarse la cicuta por supuestamente pervertir los jóvenes atenienses, debemos buscar el consejo en una corte de Atenas, no dominicana, para determinar el castigo más apropiado que daremos al presidente Danilo Medina.

Estamos conscientes de que el país ha caído en un vacío de inseguridad que va desde el mal uso de los fondos del Estado, la inmigración haitiana desordenada, el tráfico y venta de drogas, la corrupción en todas las instituciones del gobierno incluyendo las fuerzas armadas, la policía nacional, la Marina de Guerra, El Ejército Nacional, y los organismos que tienen que velar contra el tráfico y venta de las drogas adscritos al gobierno dominicano. 

No podemos dejar sin nombrar que el sistema de justicia dominicano ocupa uno de los primeros lugares de la más vil corrupción que necesita con urgencia una transformación que va desde la Suprema Corte de Justicia, las cárceles del país, hasta la oficina del Procurador General de la Republica, y todos los tribunales que puedan existir en territorio nacional.

Permitiéndonos el beneficio de la duda, nos parece que un grupo de malos consejeros, amigos ineptos quizás del Presidente Danilo Medina lo han estado guiando en su política local e internacional. Sin embargo, si el presidente Danilo Medina fuera honesto consigo mismo, todavía está a tiempo de rectificar su política asquerosa, y limpiarse de esa plaga que cunde a su alrededor. El presidente puede salir por la puerta ancha del Palacio como un hombre que rectificó sus errores. Salga de todas esas lacras sociales que le rodean para bien del país, y para beneficio propio.

Hay que ser suficiente hombre como para renunciar a la corrupción que ha arrastrado su gobierno por los últimos 7 años. No creo que literalmente Danilo Medina se haya comido un tiburón podrido sin eructar. Un hombre con tanta facilidad de comer buenos manjares en el entorno de su casa, y el palacio, no va a comer semejante plato, a no ser que sea del polo norte. Es decir, un esquimal. Los Esquimales comen la fosca convertidas en gusano.

Pero como él fue quien sugirió esa idea descabellada, aunque no se lo haya comido literalmente, figurativamente por su actuación, se ha comido muchos tiburones en total estado descomposición. La lista de los tiburones podridos es muy larga para ser enumerada en este artículo. 

No obstante, le aconsejamos al presidente que se busque buenos abogados que pueda defender su causa internacionalmente, porque, aunque no me da el mal olor de los tiburones podridos, percibo otros malos olores desde las cárceles del país, y creo que ese lugar será para el presidente y su anillo presidencial, un lugar para reflexionar por muchos años, donde empezó el atraco al Estado y como se pudo evitar todo eso para que él y su grupo hayan llegado a ocupar semejante lugar de retiro.

Una cárcel será el mejor lugar para quienes gustan degustar de un plato tan horrendo como el de un tiburón podrido, y luego darse el lujo de no eructar, llévese su Sal Andrews, Alka-Seltzer, Milanta, Leche de Magnesia y lo que usted prefiera, creo que será de gran ayuda para su sistema digestivo.

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