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El Discurso Releccionista de Danilo Medina

Rey Díaz

zoolaar@live.com

El discurso del presidente Danilo Medina encaja con su proyecto reeleccionista. Con este discurso, sus seguidores están de fiesta. Estos adeptos, por no decir adictos, se están sirviendo con la cuchara grande, la de la corrupción.  Si regresamos al pasado deshonroso de los doce años de Balaguer, los jóvenes de la oposición de aquel tiempo oscuro y funesto, en la pasada historia dominicana, éramos opuestos al continuismo de aquel cuadro político de la tiranía trujillista, quienes llegamos a la conclusión, sin ningún consenso público, a odiar las reelecciones.

El balaguerismo fue el Producto Interno  Bruto de la era de Trujillo, y la represión llevada a cabo por los herederos del Jefe, floreció durante los doce largos y mortíferos años de Balaguer. Estoy casi seguro que Danilo Medina fue uno de esos jóvenes que se opuso a la maquinaria reformista de perpetuarse en el poder desde 1966-1978. Pero la historia se repite así como se extienden las ondas que produce el ruido de la campana ante el toque de esta en una iglesia.

Y es que el poder corrompe a los hombres, cuando rodeados de personas sin escrúpulos creen que, el destino les obliga a continuar en el poder porque solo ellos pueden hacer lo que nunca se ha hecho, y mejorar lo que ya está hecho.

Los subterfugios argumentativos en defensa de la continuidad en el poder son muchos, pero los verdaderos motivos para el continuismo son entre otras cosas, la mentalidad devoradora de los políticos que se reproducen como asociación de malhechores en el Destino Manifiesto, muy parecido al norteamericano, pero reduciéndolo a la República Dominicana; al creerse que los recursos y las tierras del Estado son propios de la administración de turno. Cuando hablamos del PLD estamos haciendo referencia a una clase política depredadora de los bienes del Estado Dominicano.

Ellos representan lo peor de la era de Trujillo, aunque debíamos haber superado esa etapa hace ya muchos años. Cuando el generalísimo gobernaba, todo era de él, solo que después de su muerte como sucede con todos los seres humanos, él no se pudo haber llevado nada a la tumba. Ahora en cambio, tenemos miles de funcionarios, políticos, comerciantes y empresarios que son más depredadores que Trujillo en sus 31 años. Y si comparamos su capital actual, con lo acumulado por el dictador, su nivel de estafa al Estado dominicano, sobrepasa por margen de uno a mil, la obtención de recursos de esta clase política corrupta.

Como Danilo Medina administra los recursos del Estado en contubernio, con el ala del PLD que está de su lado, y teniendo funcionarios, jueces y congresistas a su favor; toma decisiones propias de un dictador porque sabe que sus decisiones, cualesquiera que sean, no le afectaran en nada aunque esas medidas riñan con el orden jurídico vigente. El discurso de rendición de cuenta a la nación, no fue más que un baño de pintura aguada, que no cubría lo suficiente y lo que cubría más bien lo dejaba embarrado.

Quienes aplaudían el discurso mal leído del presidente, eran aquellos y aquellas que hacen coro a la corrupción, al uso indebido de los fondos del Estado, aquellos que se hacen ciegos para solo ver los beneficios que el gobierno aportará a sus finanzas, si continúan dentro del danilismo asqueante y corrupto en el poder.

El aumento de salario anunciado por el gobierno para abril del presente año, no reúne las condiciones necesarias para sacar de la pobreza a la clase media baja, ni a la clase baja muy pobre, que son los más numerosos de la sociedad dominicana. Un salario tanto del sector público como del privado que no alcance $1,500 dólares al mes, es decir aproximadamente $75,000 pesos, no puede ayudar a nadie a salir de la pobreza.

Ese aumento del salario mínimo no es más que una medida política de campaña, así como son las visitas sorpresas al interior del país por parte del presidente Danilo Medina. Lo más interesante en su rendición de cuentas, no fue lo que dijo Danilo, sino lo que no dijo. La frase que se cita frecuentemente del Profesor Juan Bosch de que, “En política lo más importante no es lo que se ve, sino lo que no se ve”, da en la cabeza del clavo con precisión.

Esa rendición de cuentas no arrojó luz a las 17 obras cuyas operaciones están plagadas de corrupción, impunidad y soborno. No se habló nada de las implicaciones del gobierno sobre las denuncias a los acusados que recibieron fondos de la compañía Brasileña Odebreacht para la campaña reeleccionista de Danilo Medina. En este caso no solamente se implica a Danilo Medina, sino también a Leonel Fernández y a altos miembros del comité Político y Central del PLD.

Danilo Medina tampoco dijo nada sobre los $15,000.000.00 millones repartidos entre la gente que fueron transportadas hasta el congreso para que vociferaran slogans a favor de la reelección. La rendición de cuentas pasó en alto la invasión haitiana, la falta de control fronterizo, y el uso de las fuerzas armadas para garantizar la seguridad de la población en el territorio Dominicano.

Ciertamente, fue un discurso reeleccionista, que ponderaba los supuestos logros del gobierno, pero que dejaba sin nombrar la parte negativa del gobierno, lo que indica claramente, la falta de una crítica constructiva que reconozca los errores del gobierno en la administración pública.

Para una próxima reelección de Danilo Medina se tendría que cambiar la constitución de nuevo. Esto de por sí, sería una nueva violación a la Carta Magna. Y esto colocaría de nuevo al gobierno, en una lucha frontal con su propio partido, y con el pueblo que rechaza la reelección. Pero en “Quisqueya la bella”, todo se vale porque muchos de los congresistas recibirían entre 15 a 20 millones para que aprueben la reelección en el congreso.

Sin embargo, Danilo Medina deberá vencer a Leonel Fernández en las primarias, cosa muy sencilla de hacer, solo tiene que sacar a relucir el asunto de los Tucanos, luego tendrá que pagar a los miembros de la Junta central Electoral unos millones más para montar el fraude electoral que lo catapultaría en el poder por cuatro años más.

Pero como Danilo Medina es capaz de tragarse un tiburón podrido sin eructar, también podrá reelegirse de nuevo, “Just for a few dollars more”.

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