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Algo no cuadra: Trump asegura que EE.UU. derrotó al Estado Islámico en Siria

Una bandera de Siria ondea en el centro de Damasco, 15 de septiembre de 2018.Marko Djurica / Reuters

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aseguró este miércoles que Washington comenzará la retirada de tropas de Siria, ya que EE.UU. había derrotado al Estado Islámico en el territorio de ese país árabe. «Tras la victoria histórica contra el Estado Islámico, ¡es hora de traer a nuestros grandes jóvenes a casa!», ha indicado el presidente de EE.UU., Donald Trump, en un mensaje publicado en su cuenta personal de Twitter. 

¿Pero corresponden estas afirmaciones del mandatario con la realidad en función de los hechos?

El país que ha participado de manera legítima en la lucha antiterrorista en Siria a petición del Gobierno sirio ha sido Rusia. Gracias al apoyo de las Fuerzas Aeroespaciales de Rusia, las tropas gubernamentales de Damasco consiguieron recuperar el 96,5% del territorio del país (de acuerdo con las cifras de agosto proporcionadas por el Ministerio de Defensa ruso), tras la liberación de más de 1.400 localidades

La cifra contrasta con el 8% que las autoridades sirias controlaban según los datos del 30 de septiembre de 2015, fecha en que el Senado de Rusia aprobó la entrada en acción de su Fuerza Aérea en Siria, luego de que el presidente sirio Bashar al Assad solicitara a Moscú ayuda militar para luchar contra los terroristas. Dos años después del inicio de la operación antiterrorista rusa, el 87,4% del territorio sirio —incluidos los principales focos de tensión en Alepo y Palmira— fue liberado. 

Durante este período la aviación rusa realizó 30.650 vuelos de combate en Siria que acabaron con más de 96.000 objetivos terroristas, incluidos campos de entrenamiento, puntos de apoyo y comando, depósitos de municiones y objetivos petrolíferos. Asimismo, fueron ultimados 53.707 milicianos de agrupaciones terroristas.

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¿Contra quién luchó EE.UU. en Siria? 

Tampoco cuadra la parte de la declaración de Trump, en la que afirma que «la única razón» de la presencia militar estadounidense en Siria ha sido la lucha contra el EI. No obstante, Damasco acusó a Washington de adiestrar en su base militar de Al Tanf a los terroristas del EI.

Por su parte, a principios de septiembre el Ministerio de Defensa de Rusia acusó a Washington de haber dirigido preparativos de extremistas en Siria con el fin de que realizaran un ataque terrorista en Palmira, en el centro del país. Además, EE.UU. y sus aliados se han esforzado en tratar de detener el avance de las Fuerzas gubernamentales sirias. Entre otras cosas, se registraron ataques contra las posiciones del Ejército sirio. 

Otro ejemplo muy destacado de las intenciones reales de EE.UU. en Siria es el ataque aéreo, perpetrado por Washington en abril del 2018 con la ayuda de sus aliados, Londres y París, en respuesta al supuesto ataque químico en la ciudad de Duma (Guta Oriental), del que Occidente acusó al gobierno de Bashar al Assad sin tener ninguna prueba. El secretario de Defensa de EE.UU., James Mattis, calificó entonces el bombardeo de un «fuerte mensaje» al presidente sirio. 

Moscú: «Tenemos datos irrefutables de que el incidente en Duma fue un montaje de un país rusófobo»

En este sentido el embajador ruso en la ONU, Vasili Nebenzia, aseveró que «con su acto de agresión» EE.UU., Francia y el Reino Unido se pusieron del lado de una de las partes en el conflicto sirio. Además, advirtió que EE.UU. y sus aliados no podrán apartar a Bashar al Assad del poder en Siria por la fuerza.

Por su parte, el presidente sirio denunció que EE.UU. recurrió a las acusaciones sin fundamento del uso de armas químicas contra la población por parte de Damasco como «pretexto para una intervención militar directa y ataques contra el Ejército sirio».

El presidente aseguró que su país había eliminado las armas químicas por completo. «No tenemos este tipo de armas en Siria desde el 2013», aseveró Assad, al añadir que «las fábulas sobre las armas químicas» forman parte de la política de Occidente dirigida contra el Gobierno sirio.

La postura de EE.UU. al respecto una vez más fue aclarada por el entonces secretario de Estado de EE.UU., Rex Tillerson, quien el 17 de enero de 2018 aseguró que no habrá lugar para el presidente Al Assad en el futuro del pueblo sirio.

«Ocupantes»

Las autoridades sirias siempre han calificado de ilegítima la presencia de las fuerzas de EE.UU. en su territorio. Además, el Gobierno sirio ha acusado en muchas ocasiones a la coalición internacional, liderada por EE.UU., de interferir en los asuntos internos del país, calificando a sus tropas como «fuerzas de ocupación». A finales de mayo, Al Assad anunció en una entrevista con RT que EE.UU. tendrá que irse del país árabe «de una forma u otra».

El pasado mes de septiembre, durante la 73.º Asamblea General de la ONU, el ministro de Asuntos Exteriores de Siria, Walid Muallem, instó a EE.UU., Turquía y Francia a «retirarse inmediatamente y sin condiciones» y agregó que Damasco cuenta con el apoyo ruso para el regreso de los refugiados, aunque el proceso se ve obstaculizado por algunos países occidentales.   

EE.UU. se va, Siria se queda en ruinas

Los ataques de la coalición, liderada por EE.UU, causaron destrucción en el país árabe y se cobraron vidas de civiles. En octubre, el Ministerio de Defensa ruso informó que dicha coalición mató a más de 120 civiles sirios en los intensos ataques aéreos solo durante ese mes, incluso con el uso de municiones prohibidas por las convenciones internacionales, en la orilla oriental del Éufrates. 

Y ahora, tras años de actividades militares en suelo sirio y el supuesto apoyo al EI, EE.UU. se va y deja tras de sí una Siria libre (no gracias a Washington), pero en ruinas después de 7 años de conflicto militar. Con ello, ya a principios de este año Tillerson aseguró que EE.UU. y sus aliados no tienen intención de colaborar en la reconstrucción de las regiones controladas por el presidente Bashar al Assad e incluso urgió a otros países a ejercer presión económica sobre el Gobierno sirio. Ver galería completa

Un documento interno de la ONU que se filtró a los medios en septiembre indicaba que la organización no proporcionará ayuda humanitaria a Siria, devastada por la guerra, hasta que haya un acuerdo sobre la «transición política».

Además, a finales de septiembre, el representante especial de EE.UU. para el compromiso con Siria, James Jeffrey, aseguró que EE.UU., con la ayuda de sus aliados de Europa, Asia y Oriente Medio, efectuará «una estrategia de aislamiento«, incluidas sanciones, contra Siria, si su presidente no coopera en la reescritura de la Constitución siria como preludio para las elecciones y prometió a «hacer la vida lo más miserable posible para ese cadáver del régimen».

Al comentar la retirada de las tropas de EE.UU. de Siria, el jefe del Comité de Asuntos Internacionales de la Cámara Alta del Parlamento de Rusia, Konstantín Kosachev, ha aseverado en su cuenta de Facebook que esta decisión «puede tener un doble fondo: retirar a los estadounidenses, pero continuar operando a través de aliados, incluidos los no oficiales y los cuestionables».

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