En comparación con el primer semestre de 2017, el alza fue de seis por ciento, destacó el funcionario, que ubicó el resultado chino dentro de un contexto global adverso.
A escala mundial, los flujos de IED bajaron un 41 por ciento, al ubicarse en alrededor de 470 mil millones de dólares, un monto bien distante de los 794 mil millones registrados en igual período del año pasado.
El análisis de la agencia vinculó el retroceso a factores claves como la reforma fiscal en Estados Unidos a fines de 2017, lo que amplió las ‘repatriaciones realizadas por las sedes centrales de compañías estadounidenses de ingresos acumulados en el exterior por sus subsidiarias’.
El panorama más amplio del flujo global de IED ‘sigue siendo sombrío’ y las perspectivas no son muy optimistas, subrayó Zhan.
