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Viaje al ‘kilómetro cero’ de la nueva Guerra fría entre Rusia y EE.UU.: ¿Quién es el culpable?

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Ohde/face to face / www.globallookpress.com
actualidad.rt.com

¿Cuál es el origen de la nueva Guerra Fría que parece haberse instalado entre Rusia y EE.UU.? Dos especialistas estadounidenses en política internacional mantienen puntos de vista contrapuestos sobre esta cuestión, como se encargaron de exponer en un reciente debate público, informa The Nation.

Stephen F. Cohen, profesor emérito de Historia, Ciencias Políticas y Estudios Rusos en la Universidad de Princeton y de Nueva York, sostiene que las políticas imprudentes del Gobierno estadounidense desarrolladas desde los años 90 son, en gran parte, responsables de este deterioro. Por contra, Michael McFaul, profesor de la Universidad Stanford y exembajador norteamericano en Rusia, sostiene que la tensión entre ambos países ha sido provocada por el presidente de Rusia, Vladímir Putin, desde su llegada al poder en el año 2000.

Causas históricas de la nueva Guerra Fría

Para justificar su punto de vista, Cohen recurre a hechos históricos clave. En su opinión, la nueva Guerra Fría entre Rusia y EE.UU. hunde sus raíces, precisamente, en el final de la anterior Guerra Fría, allá por los años 1989-90. Según el especialista, el presidente soviético Mijail Gorbachov y sus homólogos norteamericanos de aquellos años, Ronald Reagan y George H.W. Bush, acordaron que la confrontación bipolar terminaría «sin perdedores». Sin embargo, recuerda el profesor, Bush declaró en 1992 el final de la Guerra tras la disolución de la URSS un año antes y proclamó que «América ganó la Guerra Fría»; lo que marcaría la política posterior de Washington en relación a Rusia, según Cohen.

Además, en 1990 otro acuerdo importante entre ambos países fue negociado y después violado por Washington, recalca Cohen. En concreto, se refiere a la aceptación por Gorbachov de una Alemania reunificada en la OTAN, bajo la promesa de que las fuerzas de la Alianza Atlántica encabezadas por Bush no se expandirían más hacia el este. Según el especialista, la violación de este acuerdo sentó las bases de la nueva Guerra Fría: el acercamiento de la Alianza Atlántica a las fronteras de Rusia y la desconfianza que dicha decisión sembró en Moscú, dando por hecho que Washington viola sus promesas.

«El ganador que se lo lleva todo»

Además, según Cohen, la Administración de Clinton apostó en los años 90 por el enfoque del «ganador que se lo lleva todo», cuando Rusia afrontó una grave crisis y depresión económica tras la disolución de la URSS. El especialista explica que durante este periodo EE.UU. «se inmiscuyó» en la política de Rusia con la excusa de la denominada «colaboración y amistad estratégica». Entonces, Washington aclamó aquel proceso como «la transición a la democracia y al capitalismo», recuerda.

Gary Hershorn / Reuters

Después el presidente Putin buscó la colaboración estratégica real con EE.UU., algo que su antecesor, Borís Yeltsin, no logró hacer, explica Cohen. Sin embargo, la OTAN se expandió más y EE.UU. se retiró del tratado sobre Misiles Antibalísticos suscrito por ambos países.

La «paz caliente»

En el polo opuesto de esta visión, Michael McFaul sitúa al presidente Vladímir Putin, en el origen del creciente conflicto y tacha de incorrecto el enfoque estadounidense hacia la Rusia postsoviética del «ganador se lo lleva todo» expresado por Cohen.

En este sentido, el exembajador comenta que EE.UU. no «se inmiscuyó» en la política de Rusia en los años 90, ya que —subraya— «fueron invitados». Según él, no se trató tanto de un cambio de régimen, sino de «la consolidación del régimen.

Por otra parte, el objetivo principal de así llamado ‘reinicio’ de las relaciones entre EE.UU. y Rusia proclamado por Barack Obama durante la presidencia de Dmitri Medvédev (2008-2012) puede calificarse como un escenario de tipo «ganar-ganar». Ejemplo de ello sería la decisión de Rusia de soportar las sanciones contra Irán, porque Obama logró convencer a Medvédev de que las relaciones con EE.UU. serían más valiosas a partir de entonces.

Kevin Lamarque / Reuters

Sin embargo, con el retorno de Vladímir Putin a su cargo en 2012, el proceso de ‘reinicio’ fue ya imposible debido a su visión del mundo, ya que —según McFaul—, el mandatario ruso «percibe a EE.UU. como competidor y no como asociado». Después tuvieron lugar revueltas en Egipto, Libia y Siria que desembocaron en la actual confrontación ente ambos países, subraya el político.

McFaul califica el actual conflicto en auge de «paz caliente», en vez de ‘nueva guerra fría’, incidiendo en la distinta naturaleza de la confrontación. Según él, la carrera de armamentos ahora es cualitativa y no cuantitativa, mientras que las diferencias ideológicas ya no se expresan en la dicotomía capitalismo vs. comunismo.

La otra «decepción» de EE.UU.

Sin embargo, Cohen considera que entonces Moscú ganó muy poco, mientras que la Administración de Obama obtuvo lo que quería, en concreto las sanciones impuestos por Rusia a Irán y la ruta de suministro a las fuerzas de la OTAN y de EE.UU. en Afganistán. Todo esto, según el profesor, acabó con otra «decepción» causada por EE.UU.vinculada a su promesa de no buscar la eliminación del líder de Libia, Muamar Gadafi.

El conflicto ideológico

En cualquier caso, ambos expertos coinciden en señalar que ahora existe un conflicto ideológico entre los valores democráticos liberales liderados por Estados Unidos y los valores conservadores de Rusia.

El debate concluyó con una mención al escándalo del ‘Russiagate’, la supuesta injerencia rusa en la elecciones presidenciales en EE.UU. de 2016 y la «colusión» entre Putin y Trump. Sobre esta cuestión, McFaul cree que las denuncias están probada, algo que no comparte Cohen, que llama la atención sobre la importancia de la cuestión de las armas nucleares y la confrontación nuclear en este escenario de choque ruso-estadounidense.

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