En 2015 la travesía marítima entre Turquía y Grecia fue la ruta elegida por el 80 por ciento de los migrantes que cruzaron el Mediterráneo, pero tras la puesta en funcionamiento del acuerdo migratorio en marzo de 2016 este porcentaje se redujo hasta el 36 por ciento actual, según indicó Millman.
De igual manera también disminuyó el número de víctimas mortales en las aguas del Egeo, pasando de 805 en 2015 a 434 en 2016, 61 en 2017 y 19 en lo que va de 2018.
Millman reconoció que la intensificación de la vigilancia marítima y la adopción de medidas más estrictas contra los traficantes de personas por parte de Turquía forzó a muchos refugiados, especialmente africanos, a tomar la ruta de Libia a Italia, considerada la más mortífera del Mediterráneo.
Al tiempo, el portavoz de la OIM señaló que a pesar del descenso de migrantes las muertes no descendieron en igual proporción, debido principalmente a que ‘los contrabandistas tienen que usar barcos peores y poner a más personas’, y alertó de que con la llegada del verano tenga lugar una nueva afluencia de personas hacia Europa y un aumento de víctimas en el Mediterráneo.
