Farándula

The New York Band: Una marca remarcable

The New York Band es la banda de merengue que nunca debió cesar.
Cuando una agrupación musical alcanza un nivel  referecial tan grande, nunca debe ser cesanteada, como sucedió con esta orquesta a la que le ha tocado escribir memorables páginas en la historia de nuestra música popular.
El espectáculo que presentaron anoche haciendo acopio de su formidable repertorio, de emblemáticos temas que abarcan sus diferentes etapas, dentro de un show conceptual, enérgico, pero a la vez orgánico, con merengues de antes, después y ahora, pero sobre todo con una enorme capacidad para mantener encandilado al público de manera fervorosa, entusiasta, logrando niveles de aceptación como pocos conglomerados de su género pueden alcanzar
The New York Band volvió a demostrar anoche su fortaleza como el enclave musical de mayor dimensión parido por la ciudad de Nueva York en el merengue, a partir del acopio de los elementos que le confirieron singularidad en su momento.
menú secuencial iterativo a manedra de «take-out food»
Enmarcados en una acertada línea de producción sus integrantes asumen cada quien su rol individual para hacer su show dentro del show, con un despliegue de posibilidades impresionantes, que seducen, alegran, y mnotivan a la gente a bailar en cualquier rinconcito o esquina del salón.
Si bien Cherito asume con gran acierto su rol como protagonista  de una etapa memorable en The New York Band, cuando Irisneyda arranca, haciendo los temas del grupo, pero también los de Iris y Franklin, los planos de efervescencia interpretativa suben a lo máximo.
Su fortaleza como cantante no permiten resquicio alguno de duda. Es sencillamente formidable.
Pero Miosotis no se queda atrás, al momento de acreditar su presencia como intérprete haciendo acopio de elementos que le confieren singularidad a su estilo interpretativo, a partir de  criterios conceptuales definidos y muy propios, que le permiten diferenciarse en términos armónicos y al momento de «marcar su territorio».
A manera de corolario, cuando parece que todo está consumado  resalta la participación de Tony en su rol de catalizador del espectáculo, con su impronta escénica enmarcada en un carácter simbiótico memorable, chispeante y remarcable, sobre la base de reminiscencias de las legendarias figuras de los 60’s y 70’s.
Todo ello dentro de una estructura secuencial,  en términos de producción bien definida, que hacen de The New York Band Forever una de las mejores presentaciones que se han llevado a escena este año.
El hecho de que la banda continue generando una masiva corriente de público a sus presentaciones desde su retorno el año pasado habla claro de que había una necesidad muy sentida de su presencia  en el mercado.
Resalta el hecho de que pese a la avalancha de ofertas para presentaciones rutinarias que le llueven, el colectivo ha sabido depurar su agenda, reservando su imagen y apariciones para presentaciones importantes.
Con ello,  en gran medida, se cuidan de no incurrir en el error del grupo denominado Los Años Dorados del Merengue, que abarataron y agotaron sus posibilidades  al convertirse en un grupo que se presentaba en cualquier parte.

 

The New York Band es una marca que sin duda alguna ha vuelto a escalar a su mejor momento.

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