El yoga que puedes practicar sin moverte del sofá
Muchas veces nos ponemos excusas a nosotros mismos para no hacer ejercicio: anteponemos la falta de tiempo o de espacio. Pero, con el tiempo ha quedado claro que no hacen falta grandes recursos para rendirse antes los beneficios del yoga o la meditación: con 15 minutos al día, y sin salir de tu salón, puedes aprender estas técnicas e incluirlas en tu rutina.
Adrià Cabestany, psicólogo y creador de «Tu bienestar digital», explica que, sin movernos del sofá, podemos realizar una sesión de yoga. «El sillón es un buen lugar porque siempre está disponible; necesitamos un lugar práctico y hacerlo fijo», explica el experto. Una vez hemos fijado el espacio en el que vamos a realizar la actividad, es también importante establecer un horario fijo, con el objetivo de incluir este hábito de manera permanente a nuestra rutina.
A la hora de preparar el espacio, el profesional nos sugiere asociar pequeñas acciones con el momento. Así, podemos encender incienso, o utilizar aceites esenciales, con el objetivo de, a través del olor, «crear un contexto que relacionemos con el momento de hacer yoga». Asimismo, recomienda «enlazar hábitos». «Por ejemplo, si uno tiene costumbre de pasear, puede hacer yoga nada más llegar a casa. De esta manera une el nuevo hábito a una costumbre ya asentada en su día a día», ejemplifica.
La importancia de la postura correcta
En el caso de que, efectivamente, elijamos el sillón como nuestro espacio de yoga o meditación, el experto recomienda adoptar una postura en la que nuestra espalda «no se derrumbe». Por ejemplo, si vamos a meditar, lo mejor es sentarse al borde del sofá, con los pies al suelo, o tumbarnos, pero debe ser una postura cómoda para evitar molestias», dice.
A la hora de empezar a practicar yoga, Adrià Cabestany recuerda que no debemos obsesionarnos intentando realizar figuras imposibles. «Para mí, el yoga es una preparación física y mental para más tarde poder meditar», explica y añade que, por ello, al realizar yoga en nuestro sillón debemos centrarnos en movimientos suaves y en la respiración. Para empezar, recomienda que se busque una guía que nos ayude a dar los primeros pasos. «El yoga nos da beneficios físicos y también la condición emocional: nos calma, tenemos menos estrés y nos ayuda a centrarnos y a tener más claridad mental», recuerda.
Si queremos ir un paso más allá y comenzar a meditar, no podemos empezar de manera abrupta. Por ello la preparación del cuerpo a través del yoga. «Para empezar, yo recomiendo seguir una corriente, o a un profesional concreto», recomienda y advierte que, si buscamos un vídeo de manera aleatoria y hacemos la primera meditación que encontremos en una app, puede que sean propuestas dispares, o muy avanzadas, y no consigamos realizarlo de manera correcta. «Si vamos a empezar, debemos comprometernos y seguir unas pautas: podemos por ejemplo hacer una secuencia de 10 días seguidos», apunta.
El profesional comenta que ambas actividades nos reportar múltiples beneficios ya que, al trabajar el cuerpo, aumenta nuestra flexibilidad y condición física. Asimismo, habla de los beneficios a nivel mental: «Nos ayudan a ser más conscientes de lo que estamos viviendo; si me pasa algo que me preocupa o me enfada, antes de reaccionar puedo ser consciente de ello». «Cuando aumentamos nuestra atención, somos más productivos, estamos más relajados y gestionamos mejor las emociones», termina.