Análisis político especial para el Listinusa.net
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Rey Diaz
zoolaar@live.com
Una persona, por ejemplo, dueña de una empresa grande o mediana, prefiere casi siempre ser parte del Partido Republicano, pues este le garantiza más altas ganancias, por la reducción de impuestos y el mantenimiento del salario mínimo. Y por lo general, al emplear trabajadores a medio tiempo, no tienen que pagar cobertura médica a sus empleados.
Además, los que pertenecen al Partido Republicano, defienden sus posiciones políticas y casi siempre pertenecen a un ala de la fe cristiana que se hace llamar fundamentalista, mayoría moral, o evangélica. Estos son parte de todas las denominaciones cristianas y católicas que existen en los Estados unidos. Debo aclarar, no obstante, que no todos los evangélicos pertenecen o están afiliados a ese Partido.
La cabeza de ese Partido ha estado representada por el actual presidente Donald Trump que no era Republicano, sino Demócrata pero que cambió su afiliación hacia el Partido Republicano como una táctica política, uniéndose al ala conservadora evangélica en un acuerdo que le mereció el respaldo de ese sector. Aunque claro está, Donald Trump, no representa los intereses, ni valores religiosos del ala evangélica.
Al contrario, Donald Trump no puede catalogarse como seguidor de las enseñanzas de Cristo. Recordamos que Richard Nixon se describió así mismo como un cristiano nacido de nuevo. Después fue forzado a renunciar como Presidente de los Estados Unidos, él era Republicano. En verdad, Donald Trump se opone en su diario vivir a los valores del cristianismo evangélico. Y muchos de los que apoyan a Donald Trump, al contrario, no respaldan su forma de hablar, o critican su manera de ser.
Una cosa esta clara, Donald Trump si ha sabido negociar muy bien, algunos de los aspectos que favorecen la comunidad evangélica recibiendo a cambio el voto de ese sector. Él ha favorecido el apoyo al Estado de Israel, movió su embajada para Jerusalén, ha nombrado tres jueces a la suprema corte de justicia que favorecen la agenda religiosa de los evangélicos, tratando de revertir la ley que permite el aborto que, según cálculos no oficiales, ha eliminado más de 60 millones de niños y niñas, en las clínicas donde se practican los abortos en la nación.
En la práctica política la ideología del Partido Republicano ha sido rechazar las naciones con gobierno “de la extrema izquierda”, especialmente en los países de América latina y en la región del Caribe. Además, los republicanos se sienten mejor en apoyar los gobiernos de la extrema derecha, como la Junta Militar que gobernó Argentina, o la dictadura de Pinochet en Chile.
Naturalmente, que esta política anti-izquierdista no ha sido la agenda de un solo partido, sino de ambos partidos. Y ambos partidos han favorecido y apoyado a regímenes totalitarios tanto de la derecha como de la extrema izquierda, según los intereses de los norteamericanos. Para nadie es un secreto que el Presidente Richard Nixon estableció relaciones diplomáticas con China y la Unión Soviética y él era del Partido Republicano.
Ahora bien, el Partido Republicano y el Demócrata también han seguido una política hostil hacia el régimen de la Habana. Ambos partidos, impulsados por el sector radical de los cubanos de Miami, no desean otra cosa que la democracia, estos se han aliado a esa política que se ha dado en llamar anticomunista. Los sectores anticomunistas de Miami, que son un segmento del Partido Republicano, han sacado provecho a los recursos económicos del gobierno norteamericano, usando el anticomunismo para ver comunistas hasta en la sopa.
La verdad real, es que los Estados Unidos mantienen relaciones diplomáticas y comerciales con países como China y la antigua Rusia, donde los derechos humanos son violados sistemáticamente, pero debido a la presión de los cubanos de Miami, la política de Washington hacia la Habana ha permanecido intacta y cuando los demócratas han ablandado esa política, los republicanos revierten los avances hacia la democratización de Cuba.
El gobierno de la Habana por su parte ha sabido también utilizar el embargo, como herramienta para oprimir más al pueblo cubano, en su lucha contra lo que los cubanos de la isla siguen llamando: “El imperialismo Yanqui.” Mientras todo esto sucede, el régimen cubano ha permanecido intacto por alrededor de 70 años, y todavía se continua con esa política errática que no ha dado los resultados esperados.
A pesar de todo esto, Estados Unidos mantienen relaciones con países que son más letales que el gobierno de la Habana, quienes violan sin parar los derechos humanos. Esos gobiernos totalitarios son más brutales en la imposición de castigos y condenas a sus ciudadanos. Asimismo, esos otros regímenes con quienes mantenemos relaciones son más extremistas en la violación de los derechos humanos, y la persecución religiosa, que el régimen de la Habana.
Al dar continuidad a su política interna y externa, el Partido Republicano fortalece el estatus quo, que discrimina a las minorías, desatiende los reclamos contra los abusos hacia afroamericanos entre algunos policías que usan sus armas de reglamento para eliminar a negros, o latinos. El brote de violencia causado a raíz del asesinato de George Floyd, en el Estado de Minneapolis, las autoridades desatendieron los reclamos para introducir una reforma a la ley que limite el uso de fuerza excesiva contra ciudadanos, especialmente entre los descendientes de africanos.
Por : Rey Diaz
zoolaar@live.com
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