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Del ateísmo acérrimo a la fe cristiana

Respuesta a Pablo Gómez Borbón

Por Rey Díaz

Durante la segunda década del tercer milenio se hace necesario retomar el concepto de Emil Brunner, el teólogo alemán del siglo pasado, para señalar que debemos desmitologizar el ateísmo acérrimo que se levanta contra Dios para ridiculizar la fe cristiana.

Brunner señalaba que solo un ateo puede llegar a ser un buen cristiano. Y la razón de este axioma teológico se debe a que los ateos tienen una serie de mitos y falsos conceptos  acerca de Dios, a los que Brunner sugiere desmitologizar, o sea, borrar de la memoria las ideas falsas sobre Dios, para así llegar al Dios verdadero. Estos mitos son verdaderos obstáculos para acercarse y conocer al Dios verdadero.

En el libro de Judas se dice a los cristianos. “…Me he visto en la necesidad de escribiros, exhortándoos a que contendáis ardientemente por la fe que ha sido transmitida a los santos de una vez por todas.” Es decir que desde el primer siglo la iglesia cristiana ha tenido el trabajo de salir en defensa de la fe cristiana en contra de herejías y prácticas contrarias a su misma razón de ser.

El señor Pablo Gómez Borbón, en un artículo que aparece en el periódico digital Acento del 1 de agosto de 2017 dice que “La imagen que se tiene del dios de los cristianos es falsa o al menos distorsionada”. Luego pasa a explicar lo que se dice acerca de Dios.

El quiere imponer su concepto de Dios para asegurar que el de los cristianos está distorsionado. A simple vista muestra mucha arrogancia de su parte debido a que después de más de 20 siglos de mentes tan brillantes como San Pablo,  Crisóstomo, Orígenes, San Agustín, Anselmo, Santo Tomás, San Jerónimo, Anastasio, y otros tantos que han aportado al pensamiento cristiano incontables ideas significativas, ahora este “nuevo teólogo” pretende coronarse como el sabelotodo.

Gómez Borbón exhibe un escaso conocimiento acerca del tema que escribe donde señala los atributos de Dios, expresa que es omnipotente, que todo lo puede; que es omnisciente, que todo lo sabe, y que es omnibenevolente, que es toda bondad, todo amor. Continúa diciendo, además, que Dios es omnipresente, que está en todas partes al mismo tiempo; y que es omnitemporal, que ha existido siempre y siempre existirá, que existe simultáneamente en el pasado, el presente y el futuro. Hasta ahí esta exposición muestra la creencia generalizada que viene desde los griegos acerca de Dios. Borbón, hasta este punto no prueba nada ni positivo, ni negativo en contra, o a favor de Dios.

No obstante, diferimos de Borbón cuando señala que puede demostrarse mediante la razón que algunas de estas virtudes divinas son mutuamente excluyentes, que existen contradicciones internas entre ellas. Como dice Hans Kung teólogo alemán en su obra: Existe Dios? Una respuesta para Hoy, “Aquellos que están acostumbrados a juzgar por el sentimiento no tienen comprensión o asuntos que involucran el razonamiento. Los demás, por el contrario, que están acostumbrados a razonar desde principios, no comprenden los asuntos que involucran el sentimiento, porque buscan principios y no pueden ver las cosas a simple vista”. Es por esta razón que su lógica cae por su propio razonamiento pues carece de una metodología que muestre realmente las contradicciones de lo que él ha dicho pude demostrar por medio de la razón.

Luego continúa  diciendo que “podría parecer un sinsentido hacer uso de la razón para tratar de conocer la naturaleza de Dios”. Y si no le ve sentido en hacer uso de la razón para tratar de conocer la naturaleza de Dios, si no tiene la capacidad ni el conocimiento por qué se arriesga  intentar conocer la naturaleza de Dios, si el mismo afirma que podría parecer un sinsentido hacer lo que él dijo que hará sin lograrlo en su artículo.

La palabra conocer tiene varios significados en la teología judeo-cristiana pero voy a limitarme al sentido etimológico de la palabra. Y es que no podemos conocer a Dios, en el sentido antropomórfico como conocemos a las personas, al vecino, al amigo y familiares. Es más la Biblia dice que el hombre natural no puede percibir las cosas que son del espíritu de Dios, porque en su insensatez, le parecen locuras.

Las sagradas escrituras nos advierten que solo podemos acercarnos, conocer y agradar a Dios por medio de la revelación divina. San Pablo lo dice así, “que en el evangelio la justicia de Dios se revela por la fe, como está escrito el justo por la fe vivirá”.

Por una parte, en una correcta lectura de la religión judeocristiana, Dios conoce de principio al fin la historia de la humanidad. La historia no es espiral, sino lineal. En esta interpretación lineal Dios conoce todas las cosas, y si, para él lo mismo es el presente, como el pasado y el futuro. Y aunque en la historia de la humanidad los hombres del pasado y del presente también tienen libre albedrio para escoger y hacer, al final todos tendremos que comparecer ante el tribunal divino, y recibiremos una recompensa de lo que hayamos hecho sea bueno, o sea malo.

En primer lugar señor Borbón, Dios no creo el mal. Ni tampoco Dios promueve el mal. Dios hizo al ser humano con libre albedrío y le asignó el trabajo de administrar toda su creación. El hombre en ejercicio de ese libre albedrío escogió desobedecer a Dios, y cayó en pecado, así como el pueblo voto por Danilo Medina, escogiendo el gobierno más corrupto de la historia de la República Dominicana. Así es que Señor Borbón pues no fue Dios el que eligió a Danilo Medina, sino el pueblo dominicano, y quién sabe si usted también votó por él y ahora resulta que le quiere echar la culpa a Dios de su propio error.

Dios tampoco hizo al diablo. El sí creo un ser divino,  muy hermoso. Tan bello era que su nombre era bella luz, o luz hermosa. De donde viene el nombre Lucifer. Pero este ser creado por Dios, quien dirigía la alabanza y adoración en el cielo, un día se llenó de orgullo y arrogancia y en vez de dirigir la adoración hacia Dios, quiso dirigirla hacia sí mismo, con lo cual consiguió dos cosas, que las tres cuarta partes de los ángeles en el cielo se unieran a su causa, y la segunda que Dios lo expulsara del cielo. Esos ángeles caídos, son los demonios, que junto con el diablo han hecho tanto daño en el mundo, pero todos ellos,  serán juzgados y condenados.

Es decir Dios creó un ser libre, hermoso y divino, pero su maldad hizo que fuera arrojado del cielo. Si, Dios sabe todas las cosas. Él anticipadamente sabía que el primero de Agosto de 2017, aunque el té haya amado desde antes de haber nacido,  té conocía antes de haber sido formado en el vientre de tu madre, te amaba a pesar de que él sabía que ibas a decir cosas horrendas de él, en el periódico Acento. Y me alegra mucho que Dios haya decidido amarte así, aun sabiendo de tu ingratitud para llamarlo malvado, pecador, y según tus propias palabras él no es omnibenevolente, no es todo bondad y amor. Pero esa definición sobre Dios, no limita al creador, al contrario, esos límites existen solo en tu mente, pues Dios es tan bueno que hace que el sol alumbre para justos y pecadores.

En la cosmovisión del libro de Job la palabra satanás es la figura de un fiscal cuyo trabajo era rondar la tierra y traer informes y acusaciones contra los hijos de Dios. No tenía el significado y las connotaciones que varios siglos después, a través de otras culturas, las ideas sobre el diablo fueron recibiendo transformación  dándole a este personaje diferentes matices, especialmente dentro de la cultura persa y Babilonia. Sin embargo, usted solo habla sobre el comienzo de Job, de su sufrimiento, sin mencionar como termina la obra y como Dios restablece la salud y la vida de este hombre, amén de sus propiedades, hijos e hijas. El mensaje principal es que el justo sufre las consecuencias de la maldad. Así como muchas personas pobres sufren por la ambición y la corrupción de los Peledeístas. Pero al final, Dios reivindica a Job y le hace justicia como también hará justicia, aunque el sistema de justicia actualmente sea precario y responda a los intereses políticos de los que gobiernan el país.

El mal existe pero Dios no es el causante del mal. Es más, Dios aunque no está de acuerdo con el mal, lo permite, en lo que se ha dado en llamar la voluntad permisible de Dios. Pero al final, todo lo malo será juzgado por la justicia divina, el malo será castigado en el lago de fuego y el justo recibirá como recompensa salvación eterna. Señor Borbón no quiera comparar la teología y la filosofía, junto a la política partidista de los peledeísta.

No le eche la culpa a Dios por la corrupción rampante de los peledeísta, o acaso usted vio a Dios votando en alguna urna en las pasadas elecciones, o trabajando como uno de los jueces de la Junta Central Electoral para validar fraudes.

Así como el diablo, que por su orgullo de querer ser más que Dios, fue arrojado del cielo, así también los peledeísta, junto a toda su maquinaria política serán arrojados del gobierno, pues se han convertido en asociación de malhechores, porque de la pobreza han saltado las riquezas, y de no tener poder, tienen todo el poder para hacer todo lo que le plazca. Incluso violar y modificar la constitución cuantas veces se les antoje.

Todos nosotros somos responsable del atolladero que puede existir en una sociedad dada y aplicándolo a lo que existe en la República Dominicana, todos sin excepción de personas, debemos luchar para superar lo que sucede en la patria de Duarte.

Esa relectura de la religión judeo cristiana nos permite saber que el mal tiene su fin. Que Dios está interesado y actuado en la historia de la humanidad para poner fin al mal. La crucifixión, muerte y resurrección de su hijo es una señal de los últimos tiempos y en el cielo Jesucristo está esperando la decisión de Dios el Padre para poner fin al mal, porque es preciso que el reine, hasta que ponga a sus enemigos por estrado de sus pies.

Señor Borbón léase el último libro de la Biblia para que vea y entienda que los ladrones, ni los mentirosos, ni los fornicarios, ni los borrachos ni ninguna otra cosa que haga abominación o hable mentira tiene parte en la nueva creación.

Así es que su escrito no reduce ni amengua en nada la grandeza, el amor, la bondad y la fidelidad de Dios, porque aunque el ser humano puede ser infiel, Dios, sin embargo, permanecerá fiel, porque él no puede negarse a sí mismo. Él es el testigo fiel, de todos los atropellos, abusos y de las injusticias cometidas contra los hijos de Dios, desde el origen de la creación hasta el presente.

Por último, lamentó que su reduccionismo mágico quiera hacer a Dios no solamente peledeísta, sino también participe de sus malas obras. Tal parece que usted no conoce el Salmo 5:4 donde dice: “Porque tú no eres un Dios que se complace en la maldad; el malo no habitará junto a ti”. Dios no es danilista, ni leonista,  abigaista, ni hipolitista ni de ningún partido político. Su reino no pertenece a este mundo pero es sempiterno, gústele o no a los ateos. Usted desde un principio se contradice cuando expresa: “La imagen que se tiene del dios de los cristianos es falsa o al menos distorsionada.”

Aprendí desde muy temprano en mi primer curso de filosofía que si su premisa es falsa desde el principio, todo lo demás que se diga es falso, y como usted habla de imagen distorsionada que se tiene de Dios, falló al plantear mal su premisa, por lo tanto su idea de Dios es falsa y distorsionada.

Lo que claramente indica que su teología debe ser desmitologizada para que como decía Emil Brunner usted pueda llegar a desprenderse de los falsos conceptos acerca de Dios hasta que pueda llegar a conocer al verdadero Dios, y pueda deshacerse de todos los falsos dioses, desmitologizando su ideas, hasta llegar a ser un buen cristiano.

Ravi Zacharias en su obra “The End of Reason”, El fin de la Razón, en la página 45 dice: “La vida sin Dios es en última instancia, la vida sin ningún punto de referencia para un significado distinto de lo que se da en ese momento”. Recuerde lo que el ateísta Stephen Jay Gould dijo acerca del significado de la vida.

Cuando se le pregunto si podemos ser guiados hacia un significado  superior de la vida, su respuesta fue que no existe ninguno. Ravi Zacharias describe el dialogo entre uno de los más famosos ateístas Michel Foucault. Foucault ni creía en Dios ni pensaba que la vida tuviera ningún significado. Ravi Zacharias dice que por lo menos Foucault era honesto acerca de una vida sin ningún significado para aquellos que rechazan a Dios.

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