Educación

Así es la primera escuela en Inglaterra que no tiene vacaciones de verano fijas

Shrewsbury Prepatoria, situada en el condado de Shropshire, ha sido la primera en introducir un novedoso método: son las familias, no el sistema, las que deciden cuándo coger las vacaciones

Niños de la escuela Shrewsbury Prepatoria – Shrewsbury Prepatoria

S.F.

Los padres en España tienen que hacer malabarismos en verano porque, con las largas vacaciones escolares, toca planificar qué hacer con los hijos durante los dos meses y medio que tienen sin clase. En el caso de las escuelas infantiles, es un mes fijo. Normalmente, agosto. También hay que reorganizarse en Navidad y Semana Santa. Conciliar es, en este aspecto, una misión imposible.

En Inglaterra, sin embargo, han decidido

romper con las tradicionales vacaciones escolares de verano. La escuela Shrewsbury Prepatoria, situada en el condado de Shropshire, ha sido la primera en introducir un novedoso método: son las familias, no el sistema, las que deciden cuándo coger las vacaciones.

Jane Smalley, madre de cuatro hijos y abuela de siete nietos, dirige esta pionera escuela que abrió sus puertas hace un año, tal y como explica « Daily Mail», con el objetivo de atender a las familias en las que trabajan ambos progenitores y no pueden largas semanas de vacaciones en verano para cuidar a sus hijos.

Las vacaciones escolares en España son diferentes a las de Inglaterra. Son prácticamente las mismas, pero están repartidas de otra manera. Además de las vacaciones en verano de seis semanas, los escolares tienen también una semana de vacaciones a mitad de cada trimestre, junto a los días de Navidad y Pascua. El curso escolar comprende desde septiembre o finales de agosto a junio. Las escuelas estatales están cerradas durante aproximadamente 13 semanas al año, mientras que el resto pueden cogerse hasta 16.

Sarah Golden, de 42 años, paga 6.540 libras al año (7.300 euros) para que su hijo Chase, de cinco años, asista a esta escuela revolucionaria. «Las largas vacaciones de verano no son buenas para nadie», asegura al diario. Una tesis que coincide con la que numerosos expertos han demostrado en numerosas ocasiones.

Romper con el viejo sistema

Para muchos padres que trabajan, las vacaciones escolares son una verdadera lucha. Las decisiones que toman los padres al respecto no son solo sobre quién cuidará a los niños, sino que suponen también un gasto extra y afectan al desarrollo profesional de los progenitores. De acuerdo al estudio británico «Cómo los empleadores pueden apoyar a las familias trabajadoras del Reino Unido» (2018), los padres con niños en edad escolar están bajo tanta presión para encontrar el equilibrio entre la vida laboral y personal que «paralizan sus carreras, rechazan nuevos trabajos o una promoción». De hecho, «el 41% de las familias trabajadoras prefieren tener un trabajo menos estresante, con un recorte salarial, para poder satisfacer las necesidades de sus hijos».

Para la escuela, el verdadero problema reside en la cantidad de tiempo que los niños no pasan en las aulas. «Este anticuado sistema educativo que establece vacaciones entre los tres trimestres y las largas vacaciones de verano no es necesario. Además, va en detrimento de la vida familiar y desarrollo profesional», asegura el colegio.

«¿Por qué no tenemos las escuela que satisfacer las necesidades de las familias?», pregunta Jane durante la entrevista, que decidió lanzarse a este proyecto tras presenciar guarderías de calidad inferior mientras trabajaba como consultora independiente para las autoridades locales. El centro, además, ha adoptado la filosofía italiana Reggio Emilia, que favorece el aprendizaje experimental centrado en el niño.

El plan de no tener horarios fijos requirió de cierta autorización por parte del Departamento de Educación, que le dijo que mientras respetase los 190 días lectivos establecidos por ley, podía distribuir las vacaciones como quisiera.

Adaptar el plan de estudios

Ellos han ajustado el plan de estudios para cumplir con los requisitos. Y, por supuesto, han adaptado también las largas vacaciones que no facilitan la vida en una sociedad en la que el 72 por ciento de las familias tienen un padre y una madre que trabajan.

Jane comenzó permitiendo a los alumnos tomarse hasta diez semanas de vacaciones seguidas, un tiempo que ahora ha reducido a seis semanas para garantizar más tiempo de aprendizaje, además de las cuatro semanas que la escuela cierra en Navidad y Pascua. En definitiva, la escuela está abierta 48 semanas del año.

La escuela asegura que «las vacaciones de verano demasiado caras son cosa del pasado. La decisión sobre cuándo tomarse unas vacaciones y por cuánto tiempo ahora descansa firmemente, donde debería, con la familia». Esto les permite enseñar a los niños a un ritmo más lento pero más firme. «Nuestro plan de estudios no se centra en una carrera hacia metas, sino más bien una celebración del proceso de la infancia», explican.

El sistema pedagógico Reggio Emilia se trata en idear una escuela que fomenta la imaginación del niño, su curiosidad, que investiga, domina el entorno en el que vive a medida que lo va descubriendo por sí solo.

Encontrar profesores que quisieran trabajar en la escuela no fue un problema. La responsable, que cuenta con tres maestros, asegura que les paga el extra que les corresponde por las semanas de más que trabajan.

Aunque admite que comenzar el proyecto ha sido todo un desafío, el esfuerzo les ha merecido la pena cuando el pasado octubre la Oficina de Estándares en Educación, Servicios y Habilidades para Niños de Reino Unido (Ofsted) calificó a Shrewsbury Prepatoria con Sobresaliente.

 

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