Algunos conservadores británicos se rebelarían contra Brexit duro
La advertencia de Ellwood parece estar dirigida en particular contra Boris Johnson, quien se perfila como ganador de la carrera por el liderazgo del Partido Conservador y la jefatura del Gobierno, en sustitución de la dimitente Theresa May.
Johnson, quien fue ministro de Relaciones Exteriores y alcalde de Londres, ha anunciado que de llegar al número 10 de Downing Street sacará al país de la UE 31 de octubre próximo a como dé lugar.
Este lunes, en su habitual columna semanal en el Daily Telegraph, el controvertido político reiteró sus intenciones de honrar la fecha de salida, y aseguró que de ser electo ‘no fallará’ al 52 por ciento de los británicos que votaron a favor del Brexit en el referendo de 2016.
Su rival en la contienda, el actual canciller Jeremy Hunt, aboga, por su parte, por renegociar el acuerdo de retirada que ya fue rechazado tres veces por la Cámara de los Comunes, pero tampoco descarta un divorcio en malos términos como último recurso, sobre todo después que la UE dejó claro que el pacto con Londres ya está cerrado.
El parlamentario conservador John Redwood, quien apoya la candidatura de Johnson, desestimó este lunes la advertencia de Ellwood.
No creo que prospere, aseveró el diputado euroescéptico durante un conversatorio con corresponsales extranjeros acreditados en Londres, a quienes aseguró que la única opción posible para el Reino Unido es abandonar de una vez por toda la UE.
El Brexit debió entrar en vigor el 29 de marzo pasado pero la negativa del Parlamento a respaldar el tratado de retirada negociado por el Ejecutivo desató una crisis política que obligó a posponer la ruptura para el 31 de octubre, y le costó el cargo a May.
La manzana de la discordia es una cláusula introducida que intenta evitar el establecimiento de una frontera dura entre las dos Irlandas.
En virtud de esa salvaguarda, la provincia británico de Irlanda del Norte continuaría bajos las regulaciones aduanales y comerciales europeas hasta que ambas partes negocien algún otro pacto bilateral, pero los euroescépticos alegan que esa opción viola la soberanía nacional del Reino Unido.
Por otra parte, un Brexit sin acuerdo implicaría que Londres quedará fuera de la noche a la mañana del mercado común y la unión aduanera, y tendrá que comenzar a comerciar con la UE bajo las reglas de la Organización Mundial del Comercio.