Las pérdidas superan la falta de ventas, puesto que los negocios asumen gastos ordinarios de operación, incluido el pago de nóminas a empleados que no pueden laborar ante la imposibilidad de abrir por falta de electricidad, aclaró.
Los efectos del huracán en el sistema energético puertorriqueño y su impacto en el comercio han cobrado una importancia mayor debido a los cada vez más reducidos márgenes de ganancias, dijo Lamboy al diario El Vocero.
Señaló que al presente prevalece la incertidumbre para aquellos establecimientos que aún no han podido abrir sus puertas por la falta de luz, en espera de que la estatal Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) concluya sus labores de restauración del sistema.
Para llegar a la cifra estimada de pérdidas, se utilizaron datos del Censo 2012 sobre ventas al detalle y en establecimientos de comida, cuando esos sectores registraron ventas por 27 mil 900 millones de dólares, para un promedio estadístico de 76,5 millones diarios.
