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Ciudad de Nueva York. La creación de un comité disciplinario que sancione con la expulsión a los Peledeístas que usan los recursos de Estado Dominicano para su propio peculio, o para favorecer a otros terceros constituye una broma de mal gusto de no hacerse una investigación retroactiva para expulsar los miembros del Partido Morado que hoy amasan grandes fortunas que ni heredaron, ni mucho menos la ganaron honradamente.
De todos es sabido que las declaraciones de Felucho Jiménez que señala a solo 3 o 4 Peledeísta como las personas que han recibido sobornos de la compañía Brasileña Odebrecht, no son ciertas y no deben tomarse en cuenta en la investigación que se sigue al caso de corrupción. Todo el dominicano sabe bien claro que son ciento de miles los Peledeístas corruptos.
Pero volviendo otra vez al caso de la expulsión de dirigentes del PLD por actos de corrupción, el comité político del Partido Morado lo que quiere es lavarse las manos con la aprobación de esta medida.
Si en el país hubiese un sistema de justicia y jueces probos en el servicio de la justicia, el comité político del PLD no necesitaría crear este tipo de estatuto pues la justicia dominicana sería la encargada de hacer la investigación y el sometimiento de haber evidencias contundentes de corrupción en contra de cualquier persona que ocupe un cargo político.
Regresando atrás en la historia, El Doctor Balaguer estaba en su palacio presidencial cuando Jeremías Rojas ocupaba La Oficina de pasaporte localizada en la calle Avenida México. A menos de 350 metros de distancia de la oficina donde estaba el Palacio presidencial. Sin embargo, este funcionario de pasaporte tenía un negocio muy lucrativo falsificando pasaportes.
Entre los trabajos que realizaba estaban los cambios de páginas a pasaportes visados por el consulado Americano, cambios de edad, y alteraciones falsas por la cuales cobraba cuantiosas sumas.
En ese entonces quien escribe vivía a unas cuadras de distancia en San Carlos y sabía de todo ese movimiento. Nunca lo denuncie por temor a represalias contra mi persona pues estaba muy joven.
Pero si lo que estaba pasando en la oficina de pasaporte en ese entonces el presidente no se daba por enterado, mucho menos hoy en día cuando la población, y las oficinas del gobierno han crecido enormemente. En aquel entonces en la oficina de pasaporte los trabajos eran hechos tan profesionalmente que en la mayoría de los casos las autoridades de inmigración dentro y fuera del país no se daban cuenta de los pasaportes alterados porque salían arreglados de la misma oficina de pasaporte.
Creo firmemente que si la corrupción se había desarrollado tanto y sin embargo esos actos pasaban inadvertidos, como si nada aconteciera, la corrupción que señala Felucho debe ascender por varios cientos de miles a nivel nacional, e internacional entre los funcionarios acreditados en consulados y embajadas fuera del país.
Cuando El Doctor Héctor Pérez Reyes, acudió al Doctor Joaquín Balaguer porque atravesaba una crisis económica bastante crítica, el Doctor Balaguer lo nombró como cónsul en la ciudad de Nueva York bajo el acuerdo que todos los meses debía llevar en efectivo la suma de 400,000 dólares a Balaguer.
Para aquel entonces se decía en los periódicos neoyorquinos que el Cónsul Dominicano ganaba más dinero que el presidente de los Estados Unidos, el alcalde de Nueva York y el gobernador del Estado. Es decir que ganaba más dinero si se sumaban los salarios de esos tres funcionarios juntos.
La comunidad dominicana en Nueva York había pegado el grito al cielo pues para ese entonces el pasaporte Dominicano era el más caro del mundo.
Después que el PLD ganó las elecciones y habiendo sido nombrado Bienvenido Pérez como cónsul por su amigo el Dr. Leonel Fernández Reyna, visite el consulado con un amigo, de quién me reservo su nombre. El me pidió que lo acompañara al consulado pues necesitaba renovar su pasaporte.
Para ese entonces el pasaporte Americano costaba 50 dólares. Encontré a varios compañeros del PLD conocidos, y cada uno de ellos tenía como quien dice un punto dentro del consulado, donde el solicitante de un pasaporte debía pagar por la firma de ese funcionario, 20 o 30 dólares. Al fin de cuentas el pasaporte salió por 200.00 dólares. Y mi amigo salió enfogonado de allí.
La corrupción ha penetrado tanto en la República Dominicana, que ningún político, ni empresario es inmune a este flagelo que azota al país. Tenemos que hablar de una cultura de corrupción que abarca todo el territorio nacional.
El licenciado Danilo Medina conoce al país mejor que quien escribe está columna y él sabe mejor que nadie cuáles son los funcionarios corruptos pero no puede tirar piedra en el techado ajeno. Si el denunciará a los funcionarios corruptos que hay en su gobierno, o lo destituyera de sus funciones, más tiempo duraría una cucaracha en un gallinero, que el como presidente Dominicano.
Él no puede presumir de no conocer los funcionarios, y los actos de corrupción que se dan en todas las instituciones del Estado Dominicano. Pero hace falta tener los pantalones bien puesto y buena voluntad para eliminar la corrupción.
El primer paso para eliminar la corrupción es la creación de una oficina de investigación federal con autoridad independiente para investigar y someter a la justicia a cualquier funcionario corrupto ya sea por soborno, extorsión, crimen, o violación a las leyes y a la constitución dominicana.
Esa organización debe ejercer sus funciones en todo el territorio nacional y debe responder al congreso Dominicano. Y debe servir para obedecer la constitución, las leyes del país y cuidar de la seguridad del territorio Nacional.