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Terrorismo y transición política, temas álgidos en diálogo intersirio

Por Waldo Mendiluza

(PL) La lucha contra el terrorismo y la transición política parecen de momento temas irreconciliables en la cuarta ronda del acercamiento en Ginebra entre el gobierno y los opositores sirios, proceso instalado hace una semana por las Naciones Unidas.

 

Comenzando por las buenas noticias, las partes regresaron el 23 de febrero a la llamada capital de la paz, 10 meses después del fracaso de la anterior ronda, y por primera vez en los últimos tres años se sentaron frente a frente, aunque la coincidencia en un mismo local fue solo para la ceremonia inaugural del nuevo intento de detener un conflicto que acumula seis años de destrucción y muerte.

El enviado especial de la ONU para Siria y mediador en las pláticas, Staffan de Mistura, tiene esta vez razones adicionales para no ser tan pesimista, la vigencia desde diciembre en el país levantino -aunque bastante frágil- de un alto el fuego promovido por Rusia y Turquía, y la reciente celebración de conversaciones en Astaná, también bajo los auspicios de Moscú y Ankara.

Sin embargo, las primeras reuniones por separado del mediador con las delegaciones del gobierno y de la oposición llevaron a que muy pronto afloraran las marcadas diferencias entre los actores de la crisis armada, a todas luces nacida del intento de occidente y sus aliados regionales de imponer un cambio de régimen a Damasco.

Para la representación gubernamental, liderada por el embajador sirio ante Naciones Unidas, Bashar Jaafari, las negociaciones deben incluir entre las prioridades el combate al terrorismo promovido desde el exterior, un punto que la oposición no está dispuesta a incluir en la agenda de diálogo que se fija en las jornadas iniciales de Ginebra-IV.

Por su parte, los opositores -encabezados por Nasr al-Hariri y Mohammad Sabra- abogan por una transición política que implique la salida del poder y del futuro político de la nación levantina del presidente Bashar al Assad.

La ONU insiste en que el proceso recién reactivado tiene como sostén la resolución 2254 del Consejo de Seguridad, adoptada en diciembre de 2015, una hoja de ruta para la paz con elementos como la transición política, la redacción de una nueva Constitución, la celebración de elecciones y la gobernanza inclusiva.

Sin embargo, el histórico documento, apoyando tanto por Estados Unidos, Francia y Reino Unido como por Rusia y China, las cinco potencias con poder de veto en el Consejo, no menciona ningún condicionamiento, en particular la salida de al Assad.

De acuerdo con Damasco, corresponde al pueblo sirio definir su futuro y el de sus líderes, en sintonía con el preámbulo de la propia resolución 2254, la cual refrenda el compromiso con la soberanía, la independencia y la integridad territorial de Siria, en pleno apego a los propósitos y principios de la Carta de Naciones Unidas.

OTROS PROBLEMAS

Además de las diferencias de fondo, las que de Mistura trata de superar con una nada fácil agenda de consenso para las conversaciones durante los próximos días, semanas o meses, existen otros problemas en el joven proceso de Ginebra-IV.

Llama la atención que una vez más la oposición acudió a la ciudad suiza sin una delegación unificada, nuevamente representada por el Alto Comité Negociador (ACN) como el principal interlocutor.

Con marcadas diferencias de objetivos y métodos de lucha y diversos patrocinios, desde occidente hasta Arabia Saudita y Qatar, las organizaciones antigubernamentales no lograron un grupo único, pese a las presiones de la ONU y sus amenazas de invitar a elementos específicos para garantizar la representatividad.

Expertos advierten que sin el amplio diapasón opositor tenido en cuenta, se corre el riesgo de alcanzar acuerdos luego imposibles de cumplir.

RUSIA MUY ACTIVA

Ni siquiera los medios occidentales ocultan el protagonismo asumido por Rusia en la búsqueda de una solución política al conflicto en Siria.

Moscú, junto a Turquía, logró el alto el fuego del 30 de diciembre y las pláticas en Astaná entre las partes enfrentadas.

En Ginebra, el vicecanciller Gennady Gatilov se reunió ya con representantes gubernamentales y opositores, y con de Mistura, encuentros considerados constructivos, a partir del reconocimiento por todos de la necesidad de avanzar hacia el fin de la guerra.

Gatilov dijo a la prensa que el ACN acusó a Damasco de romper el cese de las hostilidades.

Creo que les falta información, porque la mayoría de las violaciones del alto el fuego registradas vienen de la oposición, dijo el diplomático ruso, quien también lamentó la no presencia en Ginebra de una delegación antigubernamental de consenso.

La postura de Moscú contrasta con la de las grandes potencias occidentales, Estados Unidos, Francia y Reino Unido, que pese a la reanudación de las conversaciones, propusieron en el Consejo de Seguridad el martes un proyecto de resolución con sanciones contra Siria, bajo acusaciones del uso de armas químicas.

Rusia y China vetaron la iniciativa, con el argumento de que los reportes esgrimidos para promover las sanciones no eran concluyentes y la importancia de mantener el momento favorable para el diálogo de paz recién instalado en Ginebra.

Tenemos la sensación de que los promotores de este proyecto de resolución solo buscan crear una base adicional para el cambio de régimen, y con sus objetivos geopolíticos obstaculizan los esfuerzos de paz, advirtió después del veto el representante permanente alterno de Rusia Vladimir Safronkov.

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