Rey Díaz nadaorg.22@outlook.com
“Soporta, corazón soporta, que mayores torturas has suportado.” Homero
Ciudad de Nueva York. La extorsión es un delito penado por la ley de cualquier país pero que la compañía Brasileña ha sabido duplicar por toda América latina, y aún después de su admisión de pagos por sobornos millonarios para que Odebrecht sea favorecida por representantes de gobiernos en la aceptación de licitaciones de obras súper evaluadas; pagando a funcionarios y gobernantes para que estos actuarán en nombre del Estado, permitiendo a Odebrecht sobornar dejando estampada su marca corrupta por su paso.
Pero desenmascarado el fraude contra el erario público, la compañía todavía y a sabiendas de su graso error, continúa ofertando sus sobornos, esta vez con la aprobación de esos gobiernos corruptos como del PLD.
Odebrecht debe desaparecer del mapa en la oferta de fabricar cualquier infraestructura, si deseamos trasparentar los negocios del Estado; de otra manera esa compañía seguirá corrompiendo no sólo los gobiernos pero el mismo orden institucional del cual emanan los tres poderes del Estado.
El gobierno dominicano se constituye en cómplice de Odebrecht en su nueva forma de sobornos al recibir pagos, duplicando el monto pagado, ante la mirada y aprobación de la sociedad civil y del Estado.
Aquí está en juego el ejercicio mismo de la justicia debido a que ese dinero, 184 millones de dólares en total, parecen estar encaminados a silenciar el reclamo del pueblo para que se haga justicia y se enjuicien a los posibles responsables de la impunidad y corrupción.
¿Es que hemos llegado a tal descaro que somos incapaces de actuar correctamente, o ya nos hemos colocado por encima del bien y del mal?
Con el pago duplicado al gobierno por parte de la Odebrecht, admitimos que el gobierno dominicano resulta ser más corrupto que los funcionarios que recibieron los supuestos 92 millones de dólares, solo que esta vez se hace el pago oficialmente y por una suma doble.
Así el gobierno puede mantener el silencio de quienes son los funcionarios sobornados, sin que estos enfrenten la justicia Dominicana.
Si Danilo Medina quiere salir limpio de este embarre político y jurídico debe dar muestras al pueblo de su transparencia. ¿Cómo? Separando del gobierno suyo los funcionarios corruptos, y listando los nombres de ellos en los medios de comunicación. Deben estar todos los que aparecen en la nómina de pagos de esos sobornos para que la justicia tome las medidas de lugar y finalmente expulsando a Odebrecht del territorio dominicano, de lo contrario esto será un asunto que pasará a la historia como otro de los muchos casos de corrupción solapado por el gobierno dominicano.
La acción del presidente y de la justicia dominicana mostrará al pueblo y al mundo el tipo de gobierno que tenemos.
Quisiera estar equivocado pero la impunidad y la corrupción tienen raíces tan profundas, complejas y cancerosas que el diagnóstico requiere cuidado intensivo con una probabilidad mínima de vida saludable ya que las células cancerosas han infectado todos los organismos del tren administrativo del gobierno, y sus analistas solo buscan encontrar un culpable, quien hizo negocio primero con Odebrecht?
Mientras tanto mantendremos el paciente, el Estado dominicano, conectado a los equipos de oxígeno para tratar de mantenerlo con vida, aunque su cerebro no da señales de vida; está muerto. Solo un milagro doble salvará al paciente y al presidente de una muerte política inminente.
