Donald Trump ha elegido a un hispano, el cubanoamericano Alexander Acosta, como nuevo candidato a secretario de Trabajo. De este modo, el presidente estadounidense logra un doble golpe de efecto: no solo ha reemplazado rápidamente a un nominado débil como era su predecesor, Andrew Puzder, que se retiró el miércoles por falta de apoyos entre los senadores republicanos, sino que además ha corregido un fallo en su gabinete: la ausencia total de hispanos en su equipo de gobierno.
«Le deseo lo mejor, creo que va a ser un secretario de Trabajo tremendo», dijo Trump al anunciar formalmente su designación, durante una rueda de prensa en la Casa Blanca este jueves. Previamente, había asegurado que su elegido era una persona “fenomenal”. Acosta es un abogado de Miami que fue fiscal general del Distrito Sur de Florida y, desde 2009, ejercía como decano de la Facultad de Derecho de la Universidad Internacional de Florida.
Puzder retiró el miércoles su candidatura tras constatar que no contaba con los suficientes apoyos entre los senadores republicanos que debían confirmarlo, en lo que supuso el segundo gran revés de Trump en una semana tras tener que pedir la renuncia de su consejero de Seguridad Nacional, Michael Flynn, por sus conversaciones con Rusia.
La elección de Acosta, hijo de padres cubanos, parece una jugada segura, ya que ha superado tres procesos de confirmación en el Senado, por lo que es difícil que se encuentre algún dato de su hoja de vida que pueda entorpecer su proceso, como sucedió con Puzder, del que se supo entre otros que había empleado a una inmigrante indocumentada como personal doméstico. El senador republicano Lamar Alexander, que preside el Comité de Trabajo de la cámara alta que deberá iniciar la confirmación de Acosta, saludó rápidamente su elección y se manifestó convencido de que el proceso será rápido.
Su esperada presencia en el gabinete garantizará al menos que haya una voz hispana en el equipo de gobierno de Trump. Algo que para la influyente Asociación Nacional de Latinos Electos (NALEO) es un acontecimiento «muy positivo», dijo su presidente, Arturo Vargas. La analista republicana —muy crítica con el magnate neoyorquino— Ana Navarro destacó por su parte el hecho de que Acosta venga de la FIU, una de las universidades, recordó, “con el mayor número de estudiantes cubiertos por DACA”, el programa de regularización temporal de jóvenes indocumentados creado por el presidente Barack Obama y que Trump ha amenazado con poner fin.
Acosta sucederá en el puesto a otro hispano, Tom Pérez, que también ejerció como el último secretario de Trabajo del gobierno de Barack Obama. El abogado de Miami, licenciado por Harvard, destacó durante su etapa como fiscal general adjunto para la división de Derechos Civiles del Departamento de Justicia por su defensa de los estadounidenses musulmanes, otro colectivo que se ha sentido amenazado con la llegada de Trump al poder.
Además, en 2011, Acosta afirmó durante una audiencia en el Congreso sobre la importancia de proteger los derechos civiles de los musulmanes estadounidenses que EE UU es una nación construida sobre el principio de la libertad y «en la lista de libertades están en un puesto alto la libertad de expresión religiosa», recordó la Agencia EFE.
