A juicio del funcionario, hay ‘una mezcla confusa de paranoia y exageración’ a la hora de sopesar las adquisiciones de China en Reino Unido.
‘Todos esos argumentos son perjudiciales y carecen de fundamento’, expresó Liu, quien ubicó el saldo de la inversión china no financiera en unos 23 mil 200 millones de dólares dentro de una amplia gama de sectores de la economía británica.
Ello significa, comentó, creación de nuevos empleos, crecimiento económico bajo en carbono y más prosperidad y estabilidad para Reino Unido.
Por ejemplo, el proyecto Hinkley Point, para construir una central nuclear, fue financiado de manera parcial por una compañía china; se espera que genere 26 mil puestos de trabajo y que una vez terminado reduzca las emisiones de carbono en nueve millones de toneladas anuales, valoró el funcionario.
En opinión de Liu, el compromiso británico de mantener la apertura es clave para impulsar la confianza de los inversionistas extranjeros.
Después del referendo del Brexit (salida británica de la Unión Europea), Londres reiteró su apego al libre comercio y la oposición al proteccionismo, destacó.
La inversión de China no representa una amenaza, subrayó el embajador, quien exhortó a mantener la confianza en lugar de dejarse influir por el proteccionismo o de analizar la inversión de su país desde una visión de la Guerra Fría.
